Un joven galés llamado Kieran Cable vivió su entierro en primera persona cuando sus amigos decidieron enviarle a la tumba. Su pandilla llevaba 18 meses sin verle, desde que tenía novia, y decidieron hacerle saber que le echaban de menos y que ya no pasa tiempo con ellos.
En total 50 amigos se dieron cita en el pub donde la pandilla solía quedar habitualmente para ver el rugby, en este caso la Copa del Mundo, y sorprendieron a Keiran con un entierro completo: con féretro, coche fúnebre y sacerdote.
"Keiran había empezado su relación hacía un par de meses y nos hacía sentir como que había muerto, porque nadie le había visto desde entonces ni tampoco respondía a los mensajes de texto en los grupos ni a los correos electrónicos. Hace un par de semanas estábamos todos en el pub y comenzamos a decir ‘RIP Keiran’, así que decidimos que si no iba a poder estar con nosotros y que iba a fingir que estaba muerto, tendría su funeral organizado por nosotros", explica Ben Sullivan, amigo íntimo de Keiran Cable.
"Todos estamos con los amigos de Keiran en este momento tan triste. Sin embargo, no deben llorar por él, pero sí desearle suerte en la vista que continúa en la otra vida", dijo Daniel Bundock, el amigo encargado de oficiar la ceremonia como sacerdote.
Poco después el coche fúnebre llegó con con el féretro en el que obligaron a Kieran a meterse dentro. Por suerte Kieran se lo tomo todo con humor y siguió el juego a sus amigos a los que tantos meses llevaba sin ver.
FOTOS: WalesOnline
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