Wallace tuvo una idea absurda pero brillante con un montón de cerillas de por medio. Se pasó un año entero juntando y pegando 42.000 cerillas, que le costaron unos 500 euros, para hacer esta bola gigante.
Este joven de Nueva York hizo después lo que todos esperábamos, encendió la bola y la grabó a cámara lenta para que todos disfrutáramos.