INCREÍBLE
El dueño pasó semanas de angustia buscando a su perrita, incluso llegó a ofrecer 5000 dólares a quien diera con ella.
Hace unas semanas, Brayden Morton se encontraba trabajando en su casa cuando escuchó un golpe que provenía de su patio. Cuando se asomó por la ventana a ver si su perrita Darla estaba bien, vio un camión alejarse a toda velocidad. La verja estaba abierta y Darla, una Shar-pei china de 3 años de edad, no estaba.
Lo primero que hizo Brayden Morton, de 35 años, fue correr tras el camión que se acababa de llevar a Darla, aun sabiendo que no podía hacer nada. "Se habían ido. No podía creer lo que acababa de suceder", contó en The Washington Post.
En estado de shock, Brayden, que reside en Cranbrook (Columbia Británica), fue inmediatamente a la estación de policía más cercana, y pese a que emitieron un comunicado de prensa y se comprometieron a vigilar el caso, sabía que no era suficiente: "Sentí que el mundo se me caía a los pies". De modo que decidió compartir su historia por Facebook con la esperanza de llegar a otros ciudadanos de Cranbrook, región de 20 mil habitantes.
"Por favor, ayudadme y compartid. Una camioneta Ford de color azul se detuvo detrás de mi casa y se llevó a Darla. Ofrezco una recompensa de 5 mil dólares por cualquiera que pueda traerla de regreso o decirme dónde está", escribe junto a una foto de su perrita desaparecida. Tal era el amor que sentía por Darla que quiso incentivar la búsqueda económicamente: "Es mi perra y la quiero. No es como si me robaran la bicicleta del garaje. Esto es mucho más serio".
La publicación fue compartida más de 30 mil veces. Unas horas más tarde, ya tenía casi 500 mensajes en su bandeja de entrada. "Recibía pistas de todo el mundo", contó, "era una locura".
A día siguiente recibió una llamada. Era una mujer joven, que estaba llorando: "Lo único que hacía era llorar, ni siquiera podía hablar". Inmediatamente supo que era ella la que tenía a Carla, y le dijo: "Escucha. Me he equivocado mucho en la vida y me han perdonado muchas cosas que hice. No estoy enfadado contigo." Concretaron un punto de encuentro, con el dinero prometido. Cuando Brayden llegó y vio a la joven, de 20 años, sosteniendo a su perrita, afirmó que experimentó "una de las emociones más sobrecogedoras de mi vida. Estaba eufórico".
La joven no dejaba de llorar. Brayden la abrazó, y tras una pequeña charla, se dio cuenta de que, al igual que él lo fue tiempo atrás, ella era adicta al fentanilo, un fuerte narcótico analgésico. Y es que Morton había estado en consecutivos tratamientos de rehabilitación (hasta 16), pensando que nunca conseguiría superarlo. Su empatía hacia la situación de la joven era tal que quiso ayudarla, así que decidió invertir el dinero del rescate en su rehabilitación: "te voy a dar la oportunidad de que te ayudes a ti misma", le dijo.
Cuando Morton consiguió salir de su adicción, se convirtió en voluntario en el centro de rehabilitación en el que fue tratado, y se formó como sanitario para trabajar en clínicas de ayuda contra el alcohol y las drogas. Además, creó un servicio gratuito, llamado Find The Right Rehab (en inglés, "encuentra la rehabilitación adecuada"), para ayudar a las personas que lo necesiten a elegir su tratamiento adecuado. En cuanto a la joven, no ha dudado en hacerse cargo del coste de su tratamiento, y se comunicó con la Westminster House Society, asociación encargada de ayudar a mujeres y niñas en adicciones. "Un día, espero que recuerde esta historia y la motive a ayudar a alguien más. Tenemos que cuidarnos los unos a los otros", expresó.
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