INTERESANTE
Expertos en la materia nos explican de lo que es capaz de hacer el cerebro humano en estado de reposo.
El concepto "parar" tiene cada vez menos cabida en la cultura occidental. El sistema tecnológico y de consumo en el que vivimos tiende a ir cada vez más rápido, y con ello el resto de las facetas de nuestra vida. Desde el confinamiento por la pandemia, en el que la sociedad se vio obligada a pulsar el Stand By, ha ido aflorando poco a poco la importancia de la salud mental, y la pausa como herramienta fundamental. Pero ¿qué es lo que ocurre en nuestro cerebro cuando se detiene? ¿Realmente para?.
Estemos dormidos o despiertos, la actividad de nuestro cerebro oscila entre un 80%y un 90%. Sorprendentemente, este nivel tan alto de consumo energético se produce cuando nuestro órgano está en reposo. Tan sólo se incrementa en torno a un 5% cuando existe actividad cerebral. ¿En qué se emplea, entonces, ese 90%?.
Según explica el neurólogo Marcus Raichle, de la Universidad Washington en San Luis (Misouri), "nuestro cerebro está constantemente construyendo un modelo del mundo, incesantemente tiene que estar prediciendo; de otra manera no sería posible levantarnos, vestirnos e ir a trabajar si no lo hubiese ya programado todo ello con anticipación; es una modalidad de actividad cerebral que organiza la personalidad".
Se conoce como pensamiento creativo a todas esas imágenes e ideas que surgen en en nuestra mente, aparentemente de la nada, cuando nuestro cerebro no está ocupado en algo específico. En neurociencia se llama incubación, y se activa cuando el individuo participa de actividades poco exigentes. "Algunas de las regiones que se activan cuando nos relajamos, soñamos despiertos, no pensamos en nada y recordamos experiencias pasadas son también las que nos permiten imaginar experiencias futuras". Explica Roger Beaty, especialista en estudio de la creatividad. Beaty, de la Penn State University (Pennsylvania) ha realizado un estudio junto a sus colabores que ha conseguido determinar cómo el cerebro recuerda e imagina. Nuestro cerebro busca de manera incesante la innovación, nunca deja de soñar.