Los vecinos no paraban de quejarse de un horrible olor que provenía de la casa de una mujer turca. Llevaron el caso ante la ley y un juez ordenó que una empresa de limpieza entrase en la casa y limpiase la casa. Los limpiadores abrieron un sofá de la vivienda y comenzó el caos absoluto. Decenas de gatos comenzaron a correr histéricos en todas las direcciones intentando huir y esconderse. No os perdáis el vídeo:
Los gatos fueron llevados a un centro de rescate de animales cercano y los servicios de limpieza sacarón dos camiones enteros de basura de la casa de Raziye K, una enfermera retirada.