MUY FEO
Ibai Llanos, que ha experimentado un notable cambio físico tras adelgazar cerca de 40 kilos, ha sido acusado en redes sociales de usar Ozempic, un medicamento utilizado para perder peso. Amigos cercanos como Karchez han salido en su defensa, destacando su dedicación al entrenamiento y la dieta.
Ibai Llanos está viviendo una transformación física que no ha pasado desapercibida. Tras meses de trabajo con un entrenador personal, un nutricionista, un psicólogo y un plan diseñado a medida, el streamer ha logrado perder cerca de 40 kilos. Su cambio físico es visible y, según sus propias palabras y las de quienes lo conocen, el resultado de disciplina, esfuerzo y constancia. Sin embargo, algunas críticas en redes sociales han puesto el foco en el supuesto uso de Ozempic, un medicamento destinado a la pérdida de peso, para desacreditar su proceso.
El debate comenzó cuando un usuario de X (antes Twitter) escribió: "A ver cuándo abrimos el melón de que este pibe adelgaza por el Ozempic y que ni fuerza de voluntad ni si quieres puedes ni hostias". Sin embargo, esta afirmación fue rápidamente rebatida por Karchez, amigo y compañero de Ibai, quien defendió su dedicación diaria: "Le veo todos los días esforzarse y contar calorías hasta de una aceituna".
El caso de Ibai va más allá de los rumores sobre Ozempic. Su historia evidencia cómo el acceso a recursos puede marcar la diferencia en procesos de cambio físico. Como figura pública con un nivel económico elevado, Ibai ha podido construir un entorno favorable para alcanzar su objetivo: gimnasio en casa, entrenador personal, horarios flexibles, cocinera, psicólogo y nutricionista, herramientas que no están al alcance de la mayoría. Este privilegio es un factor clave que no debe pasarse por alto en la conversación sobre su éxito.
A pesar de ello, su determinación y su trabajo son innegables. Ibai había intentado adelgazar en el pasado sin éxito, lo que añade más valor a su logro actual. Esta vez, la combinación de profesionales, estrategia y su compromiso han sido las claves para conseguirlo.
El foco, más que en el uso de medicamentos o en críticas infundadas, debería estar en reconocer las diferentes circunstancias que influyen en este tipo de procesos y en cómo los recursos disponibles pueden marcar la diferencia. Ibai, con esfuerzo y las herramientas adecuadas, ha demostrado que un cambio sostenible es posible.