EL HATE SIGUE
Pese a que su relación con Juan Guarnizo terminó hace meses, Clers continúa recibiendo mensajes de odio en redes sociales vinculados a aquel vínculo sentimental. Los ataques se han reactivado en plataformas como TikTok y X, donde también han surgido mensajes de apoyo que denuncian el acoso persistente.
Los comentarios ofensivos hacia Clers han vuelto a intensificarse en los últimos días en plataformas como TikTok y X. Aunque su relación con Juan Guarnizo finalizó hace varios meses, algunos usuarios continúan vinculándola a esa etapa y utilizándola como argumento para lanzar insultos y descalificaciones en publicaciones recientes.
El resurgir de estos ataques ha coincidido con la viralización de varios mensajes en defensa de la creadora. Uno de ellos, compartido en X, señalaba: "La gente es tan idiota que tratan de perjudicar a una persona que terminó bien con ella, pero la están jodiendo más a ella. Déjenla en paz, no todas las personas con las que estuvo Juan quieren que les hagan el papel de víctima". Otro usuario añadía: "Si Clara desde el inicio lo dijo, Juan es no culpable de nada, solo que la gente que ahora le dice cosas buenas o relacionadas a Juan la acosaron".
Estos mensajes han vuelto a poner en primer plano una situación que la propia Clers ya denunció públicamente cuando anunció la ruptura. Según explicó entonces, la presión de parte de la comunidad fue el principal motivo que llevó a poner fin a la relación. "Dejad de inventaros cosas. Simplemente nos habéis acosado mucho, esa es la única razón por la que ha pasado esto. Es una putada, pero…", afirmó en aquel momento, visiblemente afectada.
En ese mismo comunicado, la influencer se dirigió con dureza a quienes la atacaban: "Nada de decir que me lo advertisteis, porque simplemente estáis locos. Sois muy malas personas. Es muy fuerte. Yo ya estoy fuera de todo esto. Me tenéis harta". Sus palabras, compartidas hace meses, vuelven ahora a circular en redes como recordatorio del impacto que tuvo aquella oleada de mensajes.
El caso de Clers refleja una vez más cómo el acoso digital puede prolongarse en el tiempo incluso después de que una relación o polémica haya quedado atrás. Mientras una parte de la comunidad pide que cesen los ataques, los insultos continúan apareciendo de forma intermitente, evidenciando la dificultad de cerrar heridas en el entorno de las redes sociales.