ELLA, NATURAL
La influencer Marta Díaz vuelve a ser el objetivo de las críticas en redes tras hacerse viral un vídeo que señalaba el acné que tenía, y por el que se la ha acusado de abusar de los filtros y el retoque en sus imágenes para redes. Encuentra su vídeo defendiéndose aquí.
Las creadoras de contenido (nótese la expresión en femenino) llevan años teniendo que soportar que se juzgue su apariencia y la forma en la que se muestran a través de las redes sociales, y que todo ello esté perfectamente normalizado, e incluso se catalogue como "reivindicativo". Cuentas de Instagram como Belleza Falsa se escudan en la necesidad de mostrar el lado real y no retocado de las influencers y celebrities, como forma de ayudar a las mujeres a sentirse mejor con sus mal llamadas "imperfecciones"; pero estos no son más que caldos de cultivo para que la audiencia saque su lado más tóxico y se sienta mejor consigo misma tras hundir a las influencers que más detestan, metiéndose con su físico. Marta Díaz ha sido la última en sufrir las consecuencias de este tipo de reivindicaciones.
Esta polémica surgió después de que un vídeo viral de TikTok señalase el acné en el rostro de Marta Díaz durante un evento, y que de ahí surgiesen, por un lado, una serie de comentarios despreciando a la influencer y, por otro, unos cuantos clips que hablaban de que las creadoras deberían mostrarse siempre naturales en sus posts, y que no deberían recurrir al filtro ni al retoque (dando a entender, de paso, que las imágenes de Marta Díaz estaban muy retocadas). Tras tantos comentarios al respecto, la influencer ha decidido publicar ese vídeo en TikTok, en el que explica que sus contenidos de YouTube muestran muy a menudo ese acné con el que tanto se ha escandalizado todo el mundo.
Esta polémica ha dejado claro que las redes están muy lejos de ser un entorno feminista: las mujeres siguen siendo objeto del escrutinio de la audiencia, tanto cuando fallan como cuando tienen éxito en lo que hacen. Y es probable que las más reivindicativas de las redes sean precisamente las influencers que, de vez en cuando, como ha hecho Marta Díaz en esta ocasión, se encargan de servir una dosis de realidad a quienes viven del salseo disfrazado de reivindicación.