ALERTA STREAMERS

Por qué no es buena idea enseñar tu casa en redes sociales como hizo Xokas

La más mínima indiscreción de los influencers puede convertirse en un ataque a su intimidad, algo que han sufrido desde Auron hasta Rubius (pasando por Ibai).

Que la palabra fan sea una derivada del término 'fanático' es un recordatorio de que algunos aficionados se pasan un poquito con lo que consideran su pasión. "Cada época fabrica sus propios ídolos, los cuales suscitan una gran admiración popular y se erigen como espejos de los valores dominantes de un tiempo", dice muy descriptivo el doctor Jordi Busquet Duran, de la Universitat Ramon Llull. Ahora esos ídolos parecen ser los streamers.

Hace casi 10 años, Rubius ya se quejaba de cómo sus seguidores más entusiastas acampaban delante de su humilde piso en el centro de Madrid. Con mucha más pasta y un casoplón en la sierra de la capital, el acoso de ese tipo de aficionado fueron un peso grande para mudarse a la bastante más discreta e inaccesible Andorra. Desde esa mudanza, no ha subido ni una sola imagen de su casa o sus vistas, para evitar ser localizado.

Es exactamente lo contrario que hizo Xokas el jueves pasado, cuando estimó oportuno compartir las vistas que tiene en su nuevo salón. La altura, los edificios que se ven en el horizonte y los que rodean su domicilio le costaron caro: en menos de una hora los fans habían detectado la calle, el número y hasta el precio exacto de la vivienda.

Los memes no tardaron en correr, y suponemos que hasta cierto punto (siendo como es él) le da igual. Aunque no todos los de su gremio piensan de la misma manera.

Ibai se quedó impactado nada más comenzar los confinamientos de pandemia por la audacia de los fanáticos a la hora de localizar su casa, y eso que fue un poco más cauto que Xokas. "Por favor, no vengáis a casa a pedirme autógrafos, que no está bien", llegó a decir el vasco a su audiencia.

Pero es que a veces no hay que hacer nada para que te acosen y sepan dónde estás. En unas vacaciones de Auron y Biyín, los admiradores "más locos" de ambos lograron averiguar dónde estaban cenando a través de las publicaciones de "un señor que no sabía quiénes éramos" aunque salían de fondo, explicó Biyín. "No me gustó nada porque es un momento íntimo con mi pareja y mis amigos, y encima el acoso era de mi fandom, no de paparazzis".

Vegetta, por ejemplo, es muy consciente de ese fanatismo y estos días está enseñando su casa por IG un poco más que de costumbre. La razón es que en su jardín ha aparecido una amorosa familia gatuna, pero si te fijas siempre es muy cuidadoso de apuntar al suelo y no mostrar las vistas que delatarían su dirección. Una precaución de veterano, que está empezando a aplicar Ibai y que seguro que muchos otros empiezan a tener en cuenta.