CONCIERTO HISTÓRICO
Durante más de siete horas, J Balvin convirtió el Estadio Atanasio Girardot en el epicentro de la música urbana latinoamericana. Rodeado de 26 artistas invitados y con una puesta en escena inédita, el colombiano firmó una de las actuaciones más ambiciosas de su carrera, aunque no todo fue celebración completa.
La noche del sábado 29 de noviembre quedará registrada como una de las más grandes en la trayectoria de J Balvin y en la historia reciente de Colombia. Bajo el nombre de Hecho en Medellín, Ciudad Primavera, el artista reunió a miles de asistentes en el Estadio Atanasio Girardot para un espectáculo de formato excepcional, tanto por su duración como por su magnitud técnica y artística.
El montaje apostó por una estructura circular de 360 grados, con una tarima central iluminada y varias pasarelas que atravesaban el recinto. Setenta bailarines participaron en el show, 46 de ellos de origen colombiano, como guiño explícito al talento local. El concepto visual se reforzó con una presencia constante de flores en vestuario, escenografía y entre el público, que recibió unas 40.000 como parte del ambiente del concierto.
El respaldo de la industria fue total, incluso desde la distancia. Karol G compartió un mensaje previo destacando el impacto de Balvin en la música y su papel inspirador para nuevas generaciones. Ya sobre el escenario, el desfile de colaboraciones fue constante, con la participación de artistas como Maluma, Feid, Daddy Yankee y 50 Cent, entre otros.
Uno de los momentos más comentados fue el reencuentro entre Balvin y Maluma, que se fundieron en un abrazo sobre el escenario, con gestos de afecto que fueron interpretados como una reconciliación pública tras antiguos roces.
Sin embargo, la noche también tuvo un matiz emocional menos luminoso. La ausencia de su pareja y de su hijo, por problemas administrativos, marcó algunos de los instantes más íntimos del concierto. Tras la proyección de un mensaje grabado de ambos, Balvin no pudo contener las lágrimas antes de interpretar Río.
El concierto cerró con un mensaje de agradecimiento del artista a su ciudad y a todos los participantes, consolidando una velada histórica que, pese a su tono celebratorio, también dejó espacio para la emoción y la vulnerabilidad.