IBEROEXPERIA SESSIONS

Carlinhos Brown transforma La Riviera en un bloco de carnaval brasileño

El cantante y percusionista brasileño Carlinhos Brown ofreció un vibrante concierto de dos horas en La Riviera en el que hizo un repaso a los mayores éxitos de su carrera y en el que contó con la colaboración especial de La Mari de Chambao. Carlinhos puso a todo el mundo a bailar a ritmo de samba y batucada con clásicos como Magalenha, Ja Sei Namorar, A Namorada o María Caipirinha.

El cantante Carlinhos Brown, durante su actuación en La RivieraRicardo Rubio / Europa Press

El mítico cantante, compositor y percusionista Carlinhos Brown se hizo muy famoso en España a principios de los años 2000 cuando coincidió el lanzamiento del primer disco del supergrupo Tribalistas en 2002, con su canción Mariacapirinha en 2003 y el documental El milagro de Candeal de 2004.

Fue ese año 2004 cuando junto a 400.000 personas en un carnaval callejero por las calles de Barcelona y volvió a repetir la hazaña en 2005 en Madrid y Valencia. Yo recuerdo ser fan de Tribalistas en aquellos años, tener el disco de El Milagro De Candeal y haber ido a aquella locura de carnaval callejero que junto a decenas de miles de personas en la Castellana.

Ahora tras años sin pasar por nuestro país Carlinhos Brown regresaba a la península ibérica para dar dos conciertos especiales, de la mano de Iberoexperia Sessions, en Madrid y Barcelona y yo no podía perdérmelo.

Carlinhos llegó acompañado de una banda brutal compuesta por un guitarrista, un teclista y cinco percusionistas que desde el minuto uno entraron golpeando tambores de batucada, dejando claro que el concierto iba a ser una fiesta y que íbamos a bailar mucho.

El concierto tuvo un setlist maravilloso en el que un Carlinhos Brown pletórico hizo un repaso a lo mejor de su carrera con canciones de sus discos en solitario, con Timbalada. Tribalistas o de sus colaboraciones con otros artistas como Sergio Mendes, Djavan o Marisa Monte.

Canciones preciosas como I Love You o Vilarejo, compuestas por Carlinhos Brown junto a Marisa Monte sonaron más carnavaleras en la voz del cantante bahiano. Más poderoso fue el momento en que recordó a los geniales Tribalistas con Velha Infancia y Ja Sei Namorar que el publicó no dudo en corear.

Maravilloso el reggae Uma Brasileira, que desconocía y que Carlinhos compuso en 1995 junto a Herbert Viana para el grupo Os Paralamas Do Sucesso.

Después la cosa cogió todavía más fuerza cuando encadeno A Namorada, uno de sus grandes éxitos en solitario, con Beja Flor de Timbalada y su icónica Magalenha compuesta junto al, recientemente fallecido, Sergio Mendes.

Necesitábamos un descanso y llego de la mano de la maravillosa Chambao que acudió al concierto como artista invitada para cantar, arropada por la banda de Carlinhos, tres de sus mayores éxitos: Duende del sur, Ahí estás tú y Pokito a poco.

La voz de La Mari es un absoluto regalo y escuchar estas canciones que marcarón mi adolescencia vestidas de ritmos brasileños fue una maravilla.

Tras Chambao llegó la aparición sorpresa, ni ella se dio cuenta al principio que tenía que subir al escenario, de Rosario Flores con la que cantó Juras de Samba. Después volvió La Mari para hacerle los coros a Carlinhos en la sabrosa Carlito Marrón.

Y el final ya fue una fiesta carnavalera desatada con MariaCaipirinha y varias sambas más aceleradas y encandenadas entre si. Carlinhos no paraba de dirigir al publico haciéndonos bailar, sudar y moviéndonos de izquierda a derecha por toda La Riviera.

Ya un poco más calmados Carlinhos se despidió con Ashansu, una canción de tradición afro-brasileña, relacionada con el Candomblé y en la que se cantan alabanzas a los dioses Orishas.

Un gran concierto y una gran idea la de Iberoexperia Sessions de juntar artistas de ambos lados del atlántico en conciertos en los que uno hace de anfitrión y el otro de invitado.

Una pena que no hubiera un poco más de gente, me lo pasé genial en el concierto pero me fui con la sensación de que si esto mismo lo hubiera visto en verano en un festival o fiesta de pueblo, al aire libre y con una caipirinha en la mano hubiera sido todavía más espectacular.

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