SUPER BOWL 2026
Puth cantará el himno nacional, Carlile cantará America the Beautiful y Jones cantará Lift Every Voice and Sing en una Super Bowl en la que Bad Bunny brillará en el tiempo medio con su show cantado en español que tantas ampollas está levantando entre los conservadores.
El espectáculo previo a la Super Bowl contará con tres actuaciones destacadas en el norte de California. Charlie Puth será el encargado de interpretar el himno nacional, Brandi Carlile cantará America the Beautiful y Coco Jones pondrá voz a Lift Every Voice and Sing, el conocido como himno de la comunidad afroamericana.
Estas presentaciones tendrán lugar el 8 de febrero en el Levi’s Stadium de Santa Clara, California, justo antes del partido por el campeonato de la NFL y del esperado show de medio tiempo protagonizado por Bad Bunny. La liga anunció el cartel el domingo y subrayó la importancia de que cada artista aporte su propio enfoque a un evento que cada año concentra a millones de espectadores en todo el mundo.
"Estos artistas aportan una voz distintiva al momento, marcando el tono de un día que cautivará a los aficionados de todo el mundo", aseguró Jon Barker, vicepresidente sénior de producción global de eventos de la NFL.
Las tres actuaciones previas al partido se emitirán en NBC, Telemundo y Peacock, y contarán además con interpretación en lenguaje de señas americano: el artista sordo Fred Beam traducirá el himno nacional y Lift Every Voice and Sing, mientras que Julián Ortiz se encargará de America the Beautiful.
Este año, gran parte del protagonismo mediático se centra en Bad Bunny, la superestrella puertorriqueña que liderará el espectáculo de medio tiempo. Su elección ha generado un fuerte contraste respecto al tono más clásico, solemne y tradicional de las interpretaciones previas del himno y las canciones patrióticas. Mientras Puth, Carlile y Jones representan una aproximación más institucional y cercana a la tradición musical estadounidense, la mera presencia de Bad Bunny introduce una narrativa distinta: multicultural, bilingüe y profundamente ligada a la cultura latina y urbana que domina la música global actual.
Su participación también ha despertado una oleada de críticas en algunos sectores conservadores de Estados Unidos, que consideran inapropiado que un artista latino, con letras explícitas y un estilo rompedor, lidere el mayor escaparate televisivo del año. Algunos comentaristas conservadores han cuestionado tanto su música como su imagen pública, acusándole de no encajar con lo que, desde sus perspectivas, debería representar el espectáculo de medio tiempo. Sin embargo, para muchos otros, su elección refleja precisamente la evolución cultural del país y el peso incuestionable de la comunidad latina en el entretenimiento, el deporte y la sociedad estadounidense.
En ese cruce de visiones, la Super Bowl vuelve a convertirse no solo en un evento deportivo, sino en un escenario donde se reflejan debates culturales, identitarios y mediáticos. Y en medio de todo ello, Bad Bunny llega como uno de los artistas más influyentes del planeta, dispuesto a firmar una actuación que, para bien o para mal, nadie pasará por alto.