CRÓNICA
Pocos artistas conozco que tengan una música tan pegadiza, alegre, soleada y bailable como Crystal Fighters. Sus conciertos son una gran fiesta folk, electrónica y hippie llena de luz y el que dieron ayer en el Wizink Center no fue una excepción.
El concierto al que fui ayer en el Wizink Center era un éxito asegurado. Tras haber visto dos veces a Crystal Fighters en 2014 en el BBK Live y en 2019 en Rio Babel sabía la tremenda fiesta y los ingleses no me defraudaron.
Primero mencionar a Siloé que dieron un enérgico concierto de poco más de media hora de temazos guitarreros llenos de amor y espiritualidad. Los vallisoletanos tienen un rollo que puede recordar a otros grupos de rock alternativo de nuestro país y me sonaron potentes.
Pero la verdadera explosión de amor y espiritualidad llegó de la mano de Sebastian Pringles, Gilbert Vierich y compañía en el concierto de casi dos horas y 21 canciones que regalaron ayer a sus entregados fans.
El grupo se encontraba presentando su último disco Light+ pero dieron un concierto redondo en el que repasaron lo mejor de sus cuatro grandes discos de estudio y en el que no se dejaron ninguna de sus grandes canciones fuera.
Por supuesto empezaron con dos percusionistas tocando una txalaparta, la calma antes de la tormenta, pero nada más salir toda la banda arrancaron por todo alto tocándose seguidas I Love London, Follow y LA Calling, tres canciones que no hubieran desentonado al final del concierto.
La mezcla de música electrónica con sonidos folk y canciones pop pegadizas de estribillos coreables es llevada por esta banda londinense hasta su máxima expresión.
Continuaron intercalando canciones de su nuevo disco Light+ como We Got Hope o Carolina con temazos como Yellow Sun o Love IS All I Got.
Sebastian presentó a toda la banda antes de Tranquilo, que es de sus canciones más suaves dentro de que no deja de ser otra canción de alegría desbordante, buen rollo, vibras veraniegas y hippies.
La intensidad subió con Numbers, nueva canción que todavía no ha visto la luz y que Sebastian quiso dedicar a la paz mundial y Multiverse que convirtió el recinto en una auténtica discoteca. Es la combinación de momentos bailables soleados con fiesta discotequera los que, en mi opinión, convierten a Crystal Fighters en el grupo perfecto para cerrar un festival.
All Night fue sin duda de las que mejor sonó y de las que más coreó la gente. Todos habíamos venido en busca de grandes dosis de fiesta y estaba claro que las íbamos a tener.
Champion Sound y I Do This Everyday nos devolvieron a los orígenes de la banda y a ese maravilloso primer disco llamado Star Of Love.
Después la cosa se relajo un poco en Bridge Of Bones y Manifest antes de volver a coger fuerza en el cierre con tres de los mayores temazos del grupo, You And I, Home y Love Natural. Lo de Queen Caltoum, cantante femenina de la banda, primero en la icónica Home y después en los vises con End The Suffering nos puso los pelos de punta a más de una.
El concierto se cerro con más fiesta, más sonidos soleados y más verano de la mano de Xtatic Truth y Plage dos de los primeros éxitos de la banda.
Menuda fuerza de la naturaleza son los Crystal Fighters, alocados, desordenados, soleados y desbordantes de vitalidad. Uno de esos grupos que no me va a importar volver en directo muchas veces.