Todos los ganadores de los VMAs: Taylor Swift vuelve a arrasar, Blackpink hace historia y otros grandes momentos de la noche
EL LÍDER LABORISTA HABLÓ EN EL FESTIVAL DE GLANSTONBURY
El líder laborista británico Jeremy Corbyn fue recibido como si fuera una estrella del rock a su llegada al festival de música de Glastonbury (suroeste de Inglaterra), donde pronunció un discurso en el escenario llamado "Left field" (campo izquierdo).
La mayor parte de políticos se pasan la vida queriendo trascender y alzarse de forma transversal entre distintos sectores de la población y tipos de personas. Paralelamente, vivimos una era en la que todo objeto mainstream es susceptible de convertirse en folclore digital.
Eso es lo que podría estar ocurriendo con Jeremy Corbyn, que estuvo presente no solamente dando un speech en el Festival de Glanstonbury sino que además, fue objeto de un canturreo continuo que interrumpió conciertos, formó parte de sesiones de baile y amenizó casi todos y cada uno de los momentos de distensión del festival.
Los grandes eventos masivos siempre son el sueño húmedo de cualquier político, pero ser un meme sonoro-musical en el que tu nombre es tarareado usando como base la canción 'Seven Nation Army', de The White Stripes, que tan famosa se ha hecho en campos de fútbol, es para pararse a pensar qué ocurre.
Un primer análisis podría ser que El 63% de los votantes de entre 18 y 29 años apostaron por Jeremy Corbyn en las pasadas elecciones. Además, es el político británico con más seguidores en redes sociales. Todo ello no le sirvió para ganar los comicios, pero sí para evitar la mayoría absoluta de los conservadores en el Parlamento británico.
Corbyn aprovechó la presencia de miles de jóvenes para decirles: “En ese muro hay un mensaje para el presidente Donald Trump: construyamos puentes, no muros. La paz es posible". Pero quizás el hecho de que hubiera muchos de sus votantes no explica lo extraño de la imagen: Jeremy Corbyn como telonero de Foo Fighters, Radiohead, Ed Sheeran o Katy Perry.
Esa imagen es definitivamente rara, puesto que un festival de música que en realidad es un negocio privado que acoge a estrellas mainstream de este tipo no podría ser acusada de “espacio de extrema izquierda”. Guillermo Zapata se aventuró a dar una teoría en su muro de Facebook:
“Corbyn no está ahí ayudando a construir la identidad progre del festival. No es una operación del festival, ni del propio Corbyn. Es más. No-es-una-operación. No funciona (o no lo parece) dentro del espacio del espectáculo. No es la política convertida en mercancía. Es alucinante la naturalidad con la que Corbyn interviene en el escenario”.
Para más adelante introducir, como parte de su explicación, la figura de Michael Eavis: “Michael Eavis, según Wikipedia, fundó el festival de Glastonbury en 1969 junto con su mujer (su segunda mujer, en concreto) Sigue siendo el dueño del festival. En 1997 se presentó a las elecciones con el Labour en el distrito electoral de Wells, y consiguió unas cifras de apoyo récord. En 2004 manifestó que era mejor votar al Partido Verde por el apoyo del Laborismo a la invasión de Iraq. Es el señor de barba que aparece junto a Corbyn en el escenario y le presenta”.
En España, hay una enfermiza insistencia por dejar claro que la ‘cultura’ es un ente al margen de lo político. Que no es ‘ni de izquierdas ni de derecha’. Casi lo mismo que diría cualquier futbolista. Una visión de la cultura como espectáculo inocuo. Y, ay, la neutralidad política no existe…
Por eso, habría que reflexionar que aunque vivimos en un mundo gobernado por un ser como Donald Trump y en los últimos años nos hemos llevado varios sustos políticos, quizás la explicación de que Jeremy Corbyn haya sido telonero de Katy Perry es que los millennials sí quieren identificarse con aspectos políticos y sociales, incluso en las fiestas y en los eventos culturales.