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ANÉCDOTAS DE CONCIERTOS

Recuerdos de carretera: ¡Qué noche la de aquel día!

Nos subimos a la furgoneta con Fuckaine, Toundra, Angelus Apatrida y Pony Bravo, cuatro de las bandas más potentes del panorama español, y les pedimos que nos desvelen su momento más recordado estando de gira.

Fuckaine. D.R.

Vivir de la música es el sueño de toda banda que se precie. O al menos, ganar el suficiente dinero para que ensayar, grabar discos y salir de gira no sea una ruina. Es precisamente esta última actividad la que genera una mayor colección de anécdotas para las bandas: no hace falta ser una estrella del rock para que cualquier tour que se precie esté salpicado de momentos épicos.

A menudo, también extremos. En Tribus Ocultas hemos lanzado un reto a cuatro conocidas bandas del panorama español: que nos cuenten su vivencia más memorable de entre las muchas que han vivido estando de gira. Ahí van:

Fran Meneses (Fuckaine)

"Una vez, Jota, nuestro antiguo batería, se rompió un diente y un brazo tres días antes del Festival Motorbeach. Llevábamos poco tiempo tocando y era de las primeras veces que salíamos por ahí a tocar, así que buscamos un batería que le reemplazase. No diré su nombre, pero sí que era un tipo bastante peculiar, debido a su tendencia a beber de manera compulsiva. Hicimos un buen show y lo pasamos bien, así que más tarde le volvimos a llamar para otro concierto en el Ochoymedio, en Madrid. Pero él había cambiado: no era ese pastor tarado amish que conocimos meses atrás, sino un tío turbio y demasiado propenso al exceso. Se lo advertimos: 'ten cuidado, no te pases, que esta vez no llevas el repertorio tan bien'. No pareció importarle: salimos a cenar y se bebió todo el catering. Nuestros temores se hicieron realidad: el bolo fue un pinchazo, y Tábata terminó el concierto lanzándole el bajo a la cabeza. Fue el mejor colofón para aquella noche, la verdad".

Fuckaine. | D.R.

Esteban J. Girón (Toundra)

"En 2012 salimos de gira por Europa por primera vez. Los ánimos estaban un poco raros: ¿qué iba a ser de nosotros? Gracias a Dios, al día siguiente llegábamos al que se ha convertido uno de nuestros sitios favoritos para tocar: Alemania. Nada más entrar en el país, un policía nos dio el alto. "Hola, buenas. ¿A qué venís a Alemania?", nos preguntó. "Somos una banda de música, estamos de gira y vamos a tocar a Siegen". "¿Qué clase de música?", volvió a preguntar. "Una banda de rock". El policía sonrió e hizo la señal de los cuernos con la mano: "Así me gusta: podéis seguir vuestro viaje". Desde entonces hemos tocado como cinco veces en la sala Vortex de Siegen. Y nos sentimos como en casa: los camareros nos saludan y hasta nos sirven chupitos directamente al escenario mientras tocamos. En aquella primera ocasión dimos uno de los mejores conciertos de nuestra vida, con la sala llena y la gente loca, botando como niños. A partir de ahí, el resto de la gira fue una gloria. Así que siempre que podemos, volvemos a tocar a Vortex".

Toundra. | D.R.

Guillermo Izquierdo (Angelus Apatrida)

"Durante la última gira en Latinoamérica estábamos en Panamá un sábado de día libre. Teníamos bolo al día siguiente y hacíamos escala un día entero en San José, Costa Rica, para volar después a México. En la cena de Panamá tuvimos una entrevista con una televisión, y hablando de la escena metal en Centroamérica nos dijeron que Costa Rica probablemente fuera el país con más fans de todos, y que se sorprendían mucho que no tocáramos allí. Empezamos a hilar, con algunos vinos de más, y salió el 'no hay huevos: ¿A que montamos un bolo improvisado?' Nos pasaron el contacto de Marcia, una chica de San José, y hablamos con ella. Lo cerramos y lo colgamos en Facebook. En cuestión de dos horas se movió tanto el evento que llamó el dueño del local diciendo que por favor anunciáramos que se habían agotado las entradas: en menos de dos horas hicimos un sold out de 300 personas. Al llegar a San José al día siguiente nos encontramos con una avalancha de fans en los alrededores de la sala. Fue uno de los mejores shows de toda la gira: una sala petada, con muchísima gente fuera esperando a que saliéramos para hacerse una foto o charlar con nosotros. Es sin duda una de las mayores locuras que hemos hecho, pero también una de las mejores experiencias que jamás hemos tenido".

Angelus Apatrida. | D.R.

Pablo Peña (Pony Bravo)

"Nos invitaron a tocar en un festival en Budapest. El recinto se encontraba en lo alto de una montaña muy bonita en Pecs, una zona de bosques frondosos con prados. Hacía un día estupendo, nublado pero agradable. Se respiraba muy buen ambiente, mucha gente rubia de aquí para allá, tumbada en la hierba o comiendo alrededor de grandes ollas. Un rollo muy vikingo. Nos llevaron al camerino, uno de esos módulos prefabricados. Al poco vinieron a hacernos una entrevista unos chavales muy majos de una radio local. Nos comentaron que parecía que podía llover mas tarde, pero no le dimos importancia. Cuando acabamos la entrevista vino una chica de producción a decirnos que la posibilidad de lluvia era muy grande y que se iba a suspender el concierto, que había que irse. Nos encogimos de hombros y dijimos: "bueno, qué pena… Pues nos terminamos estas cervezas y para casa". Ella nos miro a los ojos y nos dijo muy tranquilamente en español: "No, hay que irse ya. Tormenta viene. El año pasado murió gente. Hubo riada fuerte y arboles caían". A los 10 segundos estábamos montados en la furgo con todo cargado y cagando leches para abajo. El panorama idílico se había vuelto dantesco. La policía desalojaba el recinto de peña muy borracha que prácticamente se tiraba rodando ladera abajo, y el cielo era un manto negro que acojonaba de verdad. Fue cruzar la puerta de entrada y desatarse a nuestra espalda la tormenta mas bestia que hubiésemos visto jamás. Mientras bajábamos se nos cruzaban ciervos y otros bichos en estampidas, y llevábamos los truenos y relámpagos pegados al culo. Una puta película de miedo. Por cierto, en ese viaje también conocimos a Pedro Piqueras, pero eso ya es otra historia".

Pony Bravo. | D.R.

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