PLANTANDO CARA
La artista estadounidense ha reaccionado con dureza después de que un vídeo oficial sobre redadas migratorias incluyera uno de sus temas más conocidos. La pieza, difundida en redes sociales, ha provocado una oleada de críticas por el contraste entre las imágenes de detenciones y el tono de la canción elegida. Carpenter ha pedido públicamente que no se utilice su música con fines políticos.
La cantante Sabrina Carpenter arremetió este pasado martes contra la Casa Blanca por utilizar una canción suya en un vídeo que muestra redadas migratorias y pidió que no la involucren en lo que calificó como una "agenda inhumana".
La respuesta de la artista llegó a través de X, donde calificó el contenido como "malvado y repugnante" y reclamó que su música no vuelva a emplearse para respaldar mensajes políticos con los que no se identifica. El fragmento utilizado pertenece a Juno, uno de sus temas más populares, de marcado tono romántico y sexual.
El vídeo, de apenas veinte segundos, combina imágenes de protestas contra las redadas con escenas de detenciones practicadas por agentes del ICE. Sobre esas imágenes se superpone un fragmento del estribillo de la canción en el que se repite una pregunta de doble sentido, recurso que ha sido interpretado por muchos usuarios como una trivialización del contexto que se muestra.
La publicación no tardó en generar una oleada de reacciones en redes sociales. Parte del público criticó el uso de un tema de pop comercial para acompañar escenas de arrestos, mientras que otros reprocharon directamente a la Administración el empleo de música popular para amplificar mensajes políticos sensibles. La postura de Carpenter reforzó esas críticas y reabrió el debate sobre los límites del uso institucional de obras artísticas.
No es la primera vez que el equipo del presidente Donald Trump recurre a canciones virales para dotar de mayor alcance a sus mensajes. En anteriores ocasiones, distintos intérpretes también se han desmarcado públicamente del uso de su música en actos o vídeos oficiales, alegando desacuerdo con las políticas que se pretendían promocionar.
Carpenter, que acumula dos premios Grammy, ha logrado en los últimos años una fuerte conexión con el público joven gracias, en parte, a la viralidad de su figura. Precisamente por ese alcance, su reacción se ha interpretado como un gesto de defensa del control sobre el significado de su obra.