DARK TIMES
Shawn Mendes se ha abierto emocionalmente y ha hablado sobre uno de los momentos más duros de su vida, en el cual llegó a sentirse realmente infeliz por culpa de la ansiedad y presión que sufrió al intentar perseguir el éxito.
Si hay un patrón que tiende a repetirse entre las personas, es el de deshumanizar a aquellos que han alcanzado la fama en su carrera profesional, algo que provoca que, en muchas ocasiones, se les critique sin ningún miramiento; o se les idolatre como si fueran dioses. Pero, en esta ocasión, Shawn Mendes ha querido mostrar su lado más humano en el podcast The Man Enough, donde se ha abierto emocionalmente y ha hablado de la forma más honesta posible.
Durante este encuentro, el canadiense no ha dudado en abrirse tanto sobre la salud mental como sobre el concepto de masculinidad, algo que le ha llevado a hablar sobre uno de los momentos más duros de su vida: la que vivió durante sus primeros años de carrera. Este es un tema que ha surgido cuando reflexionaban sobre la felicidad y el éxito, momento en el que le han preguntado si él considera que estos dos términos van de la mano, ya que la sociedad lleva años enseñando a los niños que alcanzarán la felicidad cuando consigan tener éxito en su carrera. Pero, tal y como ha compartido el cantante, esta idea está muy lejos de la realidad.
En ese momento, Shawn Mendes no ha dudado en abrirse y confesar que, para él, el periodo en el que tuvo más éxito profesionalmente es, también, el momento en el que peor salud mental tenía. Tal y como ha explicado, con 18 años sintió que tenía que luchar por sacar un nuevo hit, algo que le llevó a sufrir una gran ansiedad por la presión que sentía al pensar que tenía la obligación de conseguirlo. A raíz de esto, se pasó meses yendo de sus instrumentos al ordenador, sin apenas comer ni responder a las llamadas de sus padres, algo que le hizo ser "desesperadamente infeliz".
Por este motivo, bajo su experiencia, ha llegado a la conclusión de que perseguir el éxito material es algo que solo le provocará infelicidad, ya que no fue hasta que aprendió a equilibrar su vida que pudo volver a ser feliz y llenarse de este sentimiento. Aun así, señala que entiende que es muy complicado entender este tipo de situaciones, ya que nadie puede llegar a ponerse 100% en los zapatos de otra persona y, al final, cada experiencia es muy personal.