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La mejor respuesta a rumores de homosexualidad que hemos oído
Tal vez no te suene su nombre, pero este cantante canadiense de 19 años, que publicó hace unas semanas su tercer álbum de estudio, se ha convertido en la última gran estrella juvenil. Y no solo por su trabajo, también por lo que aporta en un panorama cultural a la búsqueda de nuevos ídolos masculinos. Que sea sensible no significa que sea gay, pero, ¿y qué si lo fuera?
"Estoy frustrado por el hecho de que aún hoy la gente tenga la osadía de decir que soy gay como si fuera algo malo. No soy gay y debería dar igual. Ojalá ese uno por ciento de los fans madurara de una vez. Os quiero, chicos".
La mejor respuesta a rumores de homosexualidad que hemos oído de boca de un ídolo juvenil pertenece a Shawn Mendes, la superestrella canadiense de 19 años que se ha hecho un hueco entre los cantantes actuales más seguidos y escuchados.
Podríamos tirar de cliché y decir eso de que es el nuevo Justin Bieber, pero todo lo que nos transmite Mendes tiene muchísima más trascendencia en una era de redefinición de las nuevas masculinidades. Bieber se pondría a mear en plena calle; Mendes visita a un fan de solo siete años que lloró al conseguir una entrada para su concierto. Bieber se liaría a tortazos con los 'paparazzi'; Mendes lucha para concienciar sobre la ansiedad y la enfermedad mental.
No es que queramos seguir con las odiosas comparaciones, pero tenemos claro a cuál de ellos nos gustaría parecernos. Pero, empecemos por el principio: ¿quién es Shawn Mendes? Si aún no lo conoces, debes saber que es un artista de Toronto que se dio a conocer en 2013 a través de la red social Vine, donde colgaba vídeos de 'covers' de otras estrellas.
Así comenzó la fama, que dejó de ser incipiente cuando se unió a los MAGCON, un grupo de cantantes adolescentes (entre ellos Cameron Dallas y Austin Mahone) que, como él, habían empezado a despuntar en internet. Después llegó la oportunidad musical, el fenómeno fan y el carpetero, la atención ineludible de la prensa, y hoy tiene tres álbumes de estudio a sus espaldas. El tercero, 'Shawn Mendes', vio la luz en mayo, con el apoyo de compositores como Ed Sheeran y Julia Michaels.
Cómo son los hombres del siglo XXI
Al contrario de lo que puedes pensar por su edad (tiene 19 años, ya ni siquiera es 'millennial', es más bien de la Generación Z), solo hace falta escuchar alguna entrevista para ver que tiene las cosas muy claras y una visión inteligente ante la vida.
Concedió una a GQ UK, hace solo unas semanas, y en ella hablaba de cómo le gustaría usar la música para inspirar a los fans y a las nuevas generaciones (siempre menciona a su hermana pequeña), y también para volcar sus preocupaciones emocionales: "Me he dado cuenta de que la única debilidad es no ser capaz de mostrar tus sentimientos".
No es la primera vez que Mendes aborda ante los medios el haber sufrido ansiedad ni su compromiso con el suicidio y la depresión juvenil a través de la campaña Notes From Shawn, que él mismo fundó. También ha donado dinero para construir escuelas en países del tercer mundo y para ayudar a los afectados por el terremoto de México en otoño.
"Muchos chicos te dirán que no son así, pero se equivocan". Que Shawn Mendes hable de esa forma de cómo se plantea sus emociones y su relación con las mujeres en un medio de público masculino es para levantarse y aplaudir. "Le abriría la puerta a una chica si sé que ella quiere. No consiste en lo que crees que está bien o mal, sino en conocer a esa persona y evaluar sus necesidades", añade.
Tras declaraciones como estas muchos han cuestionado su masculinidad de manera tóxica, como si ser sensible y atento le hiciera menos hombre. También es esa concepción malsana de la virilidad la razón por la que muchos creen que es gay y le atacan por ello. Él no se corta a la hora de respaldar al colectivo LGTB: estuvo a punto de protagonizar la película 'Con amor, Simon' y es un gran apoyo de su amiga y productora trans Teddy Geiger.
La homofobia del colectivo gay
No obstante, la recepción que ha tenido la figura de Shawn Mendes en la comunidad gay es un tanto peliaguda, porque en su seno también existe el machismo y la homofobia. El cantante se convirtió en un fenómeno viral cuando algunos miembros del colectivo empezaron a bromear con su homosexualidad, sugiriendo incluso que tenía una relación con Nick Jonas.
Esto no nos parecería mal si se limitara a la apropiación (fantasear con que Mendes es gay porque no hay muchas estrellas 'mainstream' gais), pero el problema es que ha servido para volcar en el joven los peores prejuicios contra las personas LGTB, viniendo precisamente de personas LGTB. Ya lo comentaron hace unas semanas en el portal 'Them': lo problemático no es solo hacer chistes a partir de la orientación sexual de alguien, sino hacerlo con la teoría de que está en el armario. Nadie sabe mejor que una persona gay lo difícil y doloroso que es tener que vivir en el armario.
No deberíamos bromear con eso en un momento de radicalización ideológica; las agresiones homófobas son habituales en una ciudad que creemos tan moderna como Madrid, y en países como Rusia hay quien muere por ser gay. Si Shawn Mendes es homosexual y decide hablar de ello de forma pública será un puntazo para la comunidad LGTB, pero nosotros no somos nadie para forzarlo.
Y hay muchos detalles grises más, lo que podríamos describir como 'bottom-shaming', bromear con el hecho de que Mendes es sexualmente pasivo en esa teórica relación con Nick Jonas solo porque parece más delicado.
Eso es además plumofobia, pues se juzga al cantante por su amaneramiento, lo que se conoce como pluma. Así que sí, mofarnos del hecho de que Shawn Mendes pueda ser gay y dar por hecho que todos los hombres sensibles lo son es tirar piedras sobre nuestro tejado y perpetuar prejuicios. Es, en otras palabras, homofobia.