El emotivo momento en que un niño paciente de cáncer se reúne con sus hermanos tras seis meses en el hospital
VENTAJAS DE TU MASCOTA ANCIANA
Un perro anciano puede hacerte feliz, incluso mucho más que un cachorro. Te contamos las ventajas de que tu compañero de cuatro patas sea un venerable senior.
La vida es una constante sucesión de equivocaciones. Lecciones que vas aprendiendo a base de tropezar en piedras distintas (a veces incluso en la misma una vez tras otra) y que te acaban llevando a hacer una reflexión: “si pudiera hablar con mi yo de hace 5, 10 o 20 años… le diría un par de cosas”.
De poder hacerlo, tengo claro que una de ellas cosas sería decirme a mí mismo “ni se te ocurra” cuando, hace diez años, decidí poner un cachorro de perro en mi vida.
Que nadie me malinterprete: conocer a mi primer perro y convivir con él hasta su muerte ha sido una de las mejores experiencias de mi vida. Y sin embargo, los primeros años fueron duros. Como a mucha gente, me destrozó la casa. Se comió los muebles y las puertas,discos, libros, móviles, mandos de la tele y ropa, especialmente zapatillas. Perseguía a todo lo que se moviera, e incluso llegó a morderle el culo a un policía. Cada día era una aventura impredecible.
Cualquier que haya pasado por la experiencia de educar a un cachorro (o al menos intentarlo) sabe que es una tarea ardua. A menudo, difícilmente compatible con los horarios laborales, las vacaciones o los imprevistos que sean. Es necesario paciencia, tenacidad y tiempo. Y sin embargo, cada año se siguen vendiendo centenares de miles de cachorros para colmar el capricho de quienes, en realidad, desconocen la magnitud de la tarea que están a punto de afrontar.
Es de sobra conocido lo que, en muchos casos, ocurre a los pocos meses: España lidera el ránking europeo de abandono de perros y gatos. Según el último estudio de la Fundación Affinity, el último año se abandonaron en nuestro país 138.000 animales, de los cuales un 30% eran cachorros.
Ante esa realidad, cada vez son más las personas que valoran la posibilidad de adoptar un perro adulto, e incluso uno anciano.
Las ventajas son obvias: nada de tener que enseñarle a hacer sus necedades fuera de casa. Nada de bregar con el ímpetu de muchos perros jóvenes. Nada de destrozos, ni sorpresas al llegar a casa. A cambio, puro cariño y bondad. Y, lo que es más importante: la posibilidad de darle una vejez digna a un animal que, a buen seguro y con más motivo si procede de una protectora, ha tenido una vida dura.
“Los perros mayores lo siguen teniendo muchísimo más difícil”, lamenta Blanca Mezcua, de la asociación gaditana Amigo Galgo, que se dedica a rescatar perros de esta raza. Y pone un ejemplo: “Tenemos a una galguita de 11 años que nos dio un galguero. Un tipo que tiene a los perros con una lata de tomate cortada a modo de bozal. Vienen todos con una cicatriz brutal, y eso, unido a la edad, hace que la gente no la quiera”.
En opinión de Blanca, las ventajas de adoptar un perro más allá de los 9 o 10 años son infinitas. “Hay quien me pregunta por qué adoptar un perro que va a morir en pocos años. Yo les contesto que no hay nada más bonito que darle una buena vida y el calor de un hogar durante el tiempo que les quede”. Un tiempo marcado por la tranquilidad y la menor necesidad de ejercicio, lo que a su vez se traduce en una vida mucho más fácil y cómoda para sus dueños.
“Consideramos ancianos, o senior, a los perros a partir de siete u ocho años”, explica David Fernández de Mera, del centro canino Bestcan y experto en el comportamiento de estos animales. “La diferencia está en la raza: cuanto más pequeño es un perro, más longevo es”.
Independientemente de las razas, el carácter de los perros senior es, tal y como confirma David, “mucho más tranquilo”. “Para personas que sean un poco más sedentarias son claramente los mejores”, explica “Además, tienden a evitar los problemas, porque son mucho más experimentados y sabios”.
“Es cierto: la etapa del cachorro es preciosa, pero es muy dura”, advierte David. “Con un perro anciano, en cambio, las cosas son mucho más sencillas. Y si ya se tiene un perro y se quiere adoptar otro el éxito está garantizado, porque su capacidad de adaptación es mucho mayor”.
Si tantas son las ventajas, ¿por qué no se adoptan muchos más perros mayores? “A menudo la gente tiene miedo”, opina David. “Se le da mucha importancia a la mortalidad, pero si el perro tiene una vida correcta y unos tratamientos preventivos, no tiene por qué haber ningún problema y puede tener una calidad de vida perfecta. Mi consejo, si pudiera dárselo a todos aquellos que están pensando en adoptar un perro, es que vayan a por un abuelete: lo van a disfrutar mucho más”.