Toc-toc-toc.Manolo: ¿Si?
Agustín: Abre, Manolo
Manolo: Se ha equivocado.
Agustín: Manolo, soy Agustín, abre la verja, que está lloviendo.
Manolo: ¿Viene a por coliflor?
Agustín: Sí, “a por coliflor”.
Manolo: No estará haciendo otra vez en plena calle con los dedos la señal de entrecomillar cuando dice coliflor…
Agustín: Manolo, abre, por dios, que me estoy empapando.
Manolo sube la valla a media altura y Agustín se agacha para poder entrar en la charcutería del barrio.Manolo: ¿Le ha seguido alguien?
Agustín: Relájate, Manuel, que eres el charcutero, no el chapo Guzmán.
Manolo: Tshhhh, baje la voz y no vuelva a decir la palabra charcutero delante de mí- Manolo asoma la cabeza a un lado y otro de la acera antes de volver a bajar la valla- Deje ahí el paraguas y coja número, que voy al almacén a por un poco de brócoli para doña Eustaquia.
Agustín: ¡Buenos días, Eustaquia! ¿Es usted la última?
Eustaquia: No, el último ahora eres tú.
Agustín: JAJAJA. Una broma que no falla, ¿verdad?
Eustaquia: Cada día desde hace 60 años llevo haciéndola, desde que con 20 me vine del pueblo y escúcheme: ni una sola vez que no se haya reído alguien.
Agustín: Normal. Esa es de las que siempre hacen gracia.
Eustaquia: Manolín, que no tengo toda la vida, vámonos con las morcillas y las chuletas. Y un kilo de bacon. Y cuarto y mitad de salami cortado fino, que vienen los nietos. Dame buena mierda. Cerdito, ven con mami.
Manolo sale del almacén visiblemente nervioso combinando gestos mudos y movimientos verticales con el cuchillo que tiene en la mano que piden discreción.Agustín: Cómo está este hombre con lo de la OMS. Le ha impactado, ¿eh?
Eustaquia: Todo fuera eso. Está muy mal el barrio. Se han mudado al bloque de al lado varias familias de veganos.
Agustín: Qué me dice, doña Eustaquia.
Eustaquia: No puede una ir tranquila por la calle. Pero vamos, que yo a mi edad no me corto. El otro día vi a dos de ellos comprando cosas verdes en el Súper y los puse finos.
Agustín: Es usted muy valiente, Eustaquia.
Eustaquia: La vida, que la ha hecho a una dura. Vamos esas carnes rojas, Manolín. ¿Estás cortando al cerdo o le estás dando pienso?
Manolo sale del almacén con dos bolsas opacas y se las entrega a Eustaquia.Manolo: ¿Trae la pasta, señora?
Eustaquia: Apúntamelo, que estoy sin blanca.
Manolo: Me debe usted ya 30 euros de brócoli.
Eustaquia: Yo tal y como está el barrio no salgo con dinero. Ya se pasará mi hijo.
Manolo el charcutero acompaña a Eustaquia hasta la puerta y mientras sube la valla le susurra al oído “si la pillan con eso a mí no me conoce”.Eustaquia: ¡Agua, agua! La que está cayendo…
Manolo: ¿Cuántas veces le he dicho que no haga la broma del agua aquí? –Manolo al borde del ictus-.
Eustaquia: Esta es otra que nunca falla.
Manolo baja la chapa y vuelve tembloroso al interior.Manolo: En cuanto junte para la universidad del crío juro que lo dejo ¿Medio kilo de lo de siempre?