El emotivo momento en que un niño paciente de cáncer se reúne con sus hermanos tras seis meses en el hospital
"TRATO HUMANO BÁSICO"
Una tuitera transgénero comparte su alegría por habérsele reconocido la identidad de género en un trámite tan cotidiano como la vacunación contra el coronavirus.
Es una lástima que las muestras de tolerancia tengan que ser noticia, pero colectivos minoritarios recuerdan a menudo y con mucha fuerza que todavía nos queda mucho camino por recorrer en los temas de sexualidad.
Una de las representantes de esta lucha es Jimena González, filóloga y política madrileña de 33 años, que desde hace tiempo lleva reivindicando las trabas que se encuentra con su identidad de género. Fue de hecho la primera política española transexual a la que se le permitió presentarse a unas elecciones con su nombre real, después de un calvario administrativo.
"No es tan complicado hacernos la vida un poco más amable", cuenta desde su perfil en Twitter, en una referencia a la cruzada que lleva para que se acepte la diversidad como algo completamente normal, además de a una anécdota que ha querido compartir.
"Hoy me ha pasado algo muy sencillo que me ha hecho muy feliz", comenta, al lado de la ya clásica foto con el algodón en el brazo. "Al ponerme la segunda dosis, la enfermera que me ha atendido ha visto mis datos, me ha mirado y rápidamente me ha preguntado '¿cómo quieres que te llame?'".
El gesto no ha pasado desapercibido, y ya suma 22.000 likes y cientos de comentarios con testimonios similares de otros tuiteros, lo que da algo de fe y oxígeno a un colectivo, en ocasiones, estigmatizado socialmente.
"Sin malas caras, sin aspavientos, sin preguntas impertinentes, sin gritar a los cuatro vientos mi antiguo nombre", recuerda Jimena sobre experiencias anteriores que a menudo ha denunciado en público.
Las respuestas al tuit desean en su inmensa mayoría que esas actitudes discriminatorias pronto sean cosa del pasado, aunque también hay unos cuantos que quieren saber dónde se vacunó la filóloga. No tanto por la lección de diversidad que dio la enfermera, sino lamentándose -en broma- de que cuando les pincharon no les dieron mucha cháchara. Recuerda que es Twitter, y allí la gente se queja de absolutamente todo...