El momento en que una bomba de palomitas de maíz explota en mitad de una calle de China
SE OYÓ HASTA EN EL TÍBET
"Vecino y alcalde, tengo 33 años y mi sueño es poder mejorar esta ciudad con todos vosotros". Esa es la descripción que Samuel Falomir tiene puesta en sus redes sociales, donde en más de una ocasión ha tenido que enfrentarse a los improperios de algunos a los que no les gusta que ejerza de alcalde en l'Alcora (provincia de Castellón).
En lo que no se había visto hasta ahora es en tener que hacer frente a pintadas insultándole por su orientación sexual. "El alcalde es maricón", dice un grafitti con supuesta vocación de insulto, algo que no solo no ha afectado lo más mínimo a Samuel, sino que lo ha convertido en un alegato a favor del respeto y el civismo.
"¿Y ahora te enteras?", dice restándole importancia a un argumento ilógico y que además nunca ha ocultado. "No me indigna que me llames maricón, me indigna que ensucies nuestro pueblo", responde en una frase que podría entenderse en más de un sentido. Aparte de la suciedad física, está clara la falta de moral y escrúpulos por parte del anónimo autor.
Pese a tratarse de un municipio con apenas 10.000 habitantes, la locuacidad de Samuel ha levantado muchísimos aplausos por cómo afrontó la provocación. Después de todo, que un crítico recurra a ese razonamiento para intentar menospreciar a alguien dice mucho de esa persona.
Es muy posible que el que ha pintado esa hiriente frase ni siquiera tenga cuenta en Twitter y ni se entere del ridículo que ha hecho. Pero las respuestas, memes y reacciones a un hecho que no debería tener importancia no han faltado en la red social, unánimemente apoyando al político.
En un 'pa que vuelvas' en toda regla, Samuel ha sabido mezclar elegancia y rapidez gracias a una contestación que merece más felicitaciones que envíos de ánimo. Eso sí: si vuelve a hacerse viral, ojalá que sea por un tema más amable.