STALKERS VIRTUALES
La pareja de creadores más popular de Twitch sufre el atosigamiento de una parte de su audiencia durante los días que se dedicaron a intentar desconectar.
No es muy habitual ver a la normalmente risueña Biyín enfadada (alguna vez se ha dado), pero lo que se sale completamente de la norma es que le eche la bronca a la audiencia. "Ya sabéis cómo soy con mi vida privada, por eso me parece horroroso que parte de mi propio fandom me acose en vacaciones", dijo anoche en un stream más movido de lo habitual.
Se refiere a parte del tiempo que estuvieron ella y Auron por la geografía española -nada de destinos exóticos este año- compartiendo a veces la localización de los lugares que pisaban. "Además son seguidores míos", dice francamente indignada, "porque si fueran paparazzis entendería que fuera así".
Lo dice tras ver cómo al poner el nombre de un restaurante en Instagram donde estaba cenando, los stalkers más fanáticos comenzaron a revisar el mismo día las publicaciones que etiquetaban su misma ubicación. "Unos extranjeros detrás de nosotros estuvo grabando todo el rato, y no sabían quiénes éramos, pero el restaurante les preparó una sorpresa y, al estar enfrente mía, me grabaron todo el rato".
Esta porción del fandom le produce una incomodidad notable, pese a asegurar no estar enfadada, "ni mucho menos". "Esa es mi intimidad, mi momento privado, y si yo quiero tomarme algo con mis amigos y mi pareja lo hago, y si quisiera subirlo lo hubiera subido yo", dice, pidiendo además que no se repita la situación.
Si tiene que hablar de asuntos privados, en caso de que sean divertidos y de inocente conocimiento público, lo hace sin tapujos. Al parecer, a Auronplay "le pasa algo con las frutas cuando bebe", y pasa a comentar una situación que vivió de puertas para adentro y que lamentablemente no quedó grabada para la posteridad.
"Raúl había bebido, Ari y yo nos fuimos afuera de la casa que teníamos alquilada, y cuando volvimos a pasar vimos un montón de pepitas de melón por el suelo. Nos miramos como diciendo 'qué ha pasado aquí', y resulta que había cogido un melón y se había puesto a jugar al rugby dentro".
Desde luego son el tipo de historias y situaciones que sí querríamos ver, por supuesto si ellos consideran oportuno compartirlas. Lo de stalkear no, que además de por decencia y respeto, te puede caer un puro muy grande.