INFRACCIÓN DE COPYRIGHT
Una de las mayores streamers del mundo sufre su primera sanción y aunque se trata de algo temporal, está causada por una infracción que cometen muchos creadores españoles.
Si Amouranth es la estrella femenina indiscutible de Twitch en términos de seguidores, la siguiente en la lista es la mucho más tradicional y políticamente correcta Pokimane. Con ocho millones y medio de seguidores, es conocida por su pasión a los videojuegos y a las series, y para sorpresa de pocos, estas últimas le han costado un baneo temporal.
El viernes pasado estaba en pleno directo con 25.000 espectadores simultáneos y se le ocurrió ver la serie Avatar (la de dibujos de lucha, no la peli de James Cameron), algo que se está poniendo muy de moda en lo que se está empezando a conocer como 'TV Meta'.
En realidad es un concepto de lo más sencillo y que lleva años sucediendo en Twitch: son streamers que emiten sus reacciones o comentarios mientras ven series de televisión o películas. Algunos de esos eventos están patrocinados por la serie en cuestión (normalmente de Amazon), pero en la mayoría de ocasiones no es el caso, y eso tiene consecuencias.
A Pokimane el aviso de infringir los derechos de Avatar le llegó en mitad del stream, que acabó de manera abrupta. El muy útil bot de StreamerBans en Twitter avisó de que la sanción era real, algo que no se creían los seguidores de la streamer porque nunca había recibido un strike. Sin embargo, el mensaje de cuenta suspendida era fidedigno, tal y como confirmó Pokimane en sus redes avisando de que serían solo 48 horas sin poder emitir.
El asunto no se queda en anécdota porque lo de emitir reacciones a shows de televisión es algo de lo más habitual, también en territorio español (y andorrano). No hay más que echar un vistazo a la categoría de Just Chatting para ver que la gente hace mucho más que hablar, y amparan bajo ese grupo directos de gente viendo series o pelis.
Tiene pinta de que es un asunto que puede traerles serios quebraderos de cabeza a los 'creadores', un término que queda en entredicho cuando se dedican a emitir contenidos ajenos y se convierten en opinadores sobre una producción audiovisual con copyright. La sanción es un claro recordatorio de que esas cosas no pasan desapercibidas, y que ya van teniendo una relevancia como para pensarse mucho qué cosas pueden sacar por sus canales.