@DIOSTUITERO
Diostuitero nos cuenta la historia del pintor Sandro Botticelli y porqué odiaba el matrimonio.
Sandro Botticelli es conocido por ser el pintor de El Nacimiento de Venus, que en realidad no muestra el nacimiento de esta deidad, sino su llegada a las costas de Chipre, desnuda, en una concha y empujada por el viento Céfiro y su esposa Cloris. Todo lleno de dioses de la competencia y además una en pelotas.
Estamos ante el primer gran cuadro dedicado al desnudo para glorificar la belleza del cuerpo humano. Cosas del Renacimiento, donde el foco pasaba de Dios al hombre. ¡Desagradecidos! ¡Con lo bien que nos llevábamos en el gótico, cuando yo era siempre el protagonista!
El mundo estaba cambiando, sobre todo en Florencia, y ahora, además de la Iglesia, existían mecenas que encargaban otro tipo de obras, como los Médici en este caso, para los que trabajó en multitud de ocasiones Botticelli.
Algunas pinturas suyas ardieron en la famosa Hoguera de las Vanidades que prendió en esa bella ciudad Savonarola, un fanático religioso al que no le gustaba tanto cachondeo y que quería cortar el rollo a todo el mundo, y que tuvo sus seguidores (incluido el propio Botticelli), antes de que la gente se hartase de él y acabase ardiendo en otra hoguera.
Y es que Sandro Botticelli, a pesar de haber pasado a la historia del arte por sus cuadros paganos, era un hombre religioso. Tan sólo odiaba un sacramento: el matrimonio.
Él mismo contaba que una noche, habiendo soñado que se había casado, se despertó sobresaltado y, por miedo a sufrir la misma pesadilla, se pasó la madrugada vagando por Florencia. Gran lector de Dante, para él seguro que el peor círculo del infierno sería un crucero lleno de parejitas de luna de miel.