17 TAZAS POR JUICIO
El café es una de las bebidas más populares del planeta. Lo disfrutan desde adolescentes que buscan aguantar en los exámenes hasta directivos antes de la reunión más importante del día. Se supone que te activa y te quita el sueño… ¿o no es así?
El café, ese néctar de los dioses, está muy presente en nuestras vidas. Nos ayuda a aguantar el tirón en los días más intensos de nuestra semana, nos recibe con los brazos abiertos cada mañana y solo negamos su abrazo cuando asoma la noche y debemos entregarnos al reino de Morfeo. Hete ahí, no obstante, la cuestión que nos ocupa. El café nos quita el sueño, es un hecho. ¿O no? Bueno, depende de cómo lo miremos. Es verdad y no es verdad, lo fascinante del asunto es entender cómo funciona exactamente y qué efecto tiene sobre nuestro cuerpo. Así lo explica la creadora de contenido Kristen DiMercurio en sus redes sociales:
En un primer vídeo hablaba de cómo no es que el café nos dé más energía, sino que bloquea nuestra capacidad para sentir el cansancio. Los comentarios empezaron a llenarse de información y es así como llegamos a ese segundo vídeo en el que se explica más a fondo todo. Lo primero que hay que imaginar son nuestros nervios como si tuvieran una boca como receptor. La cafeína llega, bloquea esa boca y evita que entre la adenosina, nucleósido encargado de hacernos sentir somnolientos. ¿Problema? Cuando la cafeína realiza ese bloqueo, manda una señal de estrés al cuerpo. La respuesta a esa señal consiste en mandar adrenalina para hacer cosas y "huir" de esa situación de estrés.
No hay que olvidar, eso sí, que nuestro cerebro es muy listo. Así que, cuando nota que no le llega suficiente adenosina, empieza a crear más receptores para atraparla. Es por eso que a veces acabas necesitando una segunda taza de café para despertarte si la primera no te hace efecto. Es también un aviso de que quizá ha llegado la hora de reducir la cantidad de café que tomas, dado que someterías a tu cuerpo a más estrés si aumentaras la dosis cada vez que ocurre.