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Bryan Singer se enfrenta al descrédito social
Le ha llegado el turno al director de películas como 'Bohemia Rhapsody', 'Sospechosos habituales' o 'X-Men'. Tras décadas de rumores de violación y abuso de poder sobre chicos menores, un año y medio después del caso Weistein y el nacimiento del #MeToo, Bryan Singer se enfrenta al descrédito social. Sus víctimas por fin han decidido contar su historia.
"Nadie va a creerte". La frase que da título al reportaje que el medio estadounidense 'The Atlantic' publicó hace unos días proviene del testimonio de Cesar Sanchez-Guzman, un hombre de Seattle que en 2017 denunció por violación a Bryan Singer, que lo violó en 2003, cuando la víctima tenía 17 años.
Es uno de las decenas de casos que nos recuerda lo que 'The New York Times' hizo precisamente a finales de 2017: exponer los incontables crímenes sexuales que Harvey Weinstein, uno de los productores más poderosos de Hollywood, había cometido durante décadas.
La expresión con la que abríamos este párrafo captura la razón por la que los delitos de ambos (y de muchos otros depredadores de la industria) han estado ocultos durante tantos años. Poder, influencia, amiguismo, protección, taquillazos, miedo, vidas rotas.
Hasta que el #MeToo hizo saltar la liebre, eso era lo habitual.
Tal vez el nombre de Bryan Singer no te suene así de primeras, pero seguro que sí muchas de las películas que ha dirigido en los últimos 20 años. 'Sospechosos habituales'.
La saga de 'X-Men'. 'Valkiria'. 'Bohemian Rhapsody'. Exacto; a pesar de que los rumores de abuso y violación a muchos chicos menores en torno a su figura eran conocidos (como los de Kevin Spacey), no hace falta irse muy lejos para encontrar un proyecto de Singer que Hollywood ha amortizado muy bien.
No obstante, el 'biopic' de Freddie Mercury ha sido la película que ha acelerado la decadencia pública del cineasta. Poco después de que la 20th Century Fox le despidiera en diciembre de 2017, con la cinta inacabada, ya en pleno #MeToo, Sanchez-Guzman contó su historia, y otros testimonios se han sumado hasta culminar en el escándalo.
Un depredador sexual conocido por todos
El comienzo de la historia se encuentra muy atrás, tanto que es quizá inexpugnable; lo que vivió Victor Valdovinos se remonta a 1997, al rodaje de la película 'Verano de corrupción'.
Él tenía solo 13 años cuando Bryan Singer lo agredió sexualmente en el set de aquella producción sobre un adolescente (Brad Renfro, una joven estrella que murió de sobredosis en 2008) que descubre que su anciano vecino fue miembro de las SS.
Por aquella época, tras el éxito de Sospechosos habituales, el director (ya en la treintena) era ojito derecho de Hollywood, y conocido por los fiestones a los que solo asistían solo chicos jóvenes.
Algunos testigos afirman, de hecho, que parecía una fiesta del instituto. Casi todos eran menores. Se les ofrecía alcohol, drogas, oportunidades; se les ofrecía porno, se los manipulaba para tener sexo, se los violaba.
Fue así cómo Bryan Singer logró su fama de depredador sexual de menores, y de la que casi presumía. Situaciones como la que describe Victor Valdovinos se encuentran en muchos otros testimonios sobre la infame carrera delictiva del realizador, que continuó en los 2000 y que no ha explotado hasta ahora.
Hubo un tiempo, incluso, en el que contó con la protección de compañeros de la industria. De hecho, durante el comienzo de la saga X-Men, a Bryan Singer se le relación con DEN (Digital Entertainment Network), un proyecto creativo de historias sobre jóvenes gais que otros hombres ricos como él aprovecharon para manipular y agredir a otros menores.
Además, el cineasta sabía muy bien a quién dirigirse; se trataba de chicos abandonados, de familias desestructuradas, necesitados de cariño y cobijo.
La lucha contra la masculinidad tóxica
Desde que el Me Too cobró impulso definitivo a finales de 2017, hemos leído y escuchado muchas tristes historias de mujeres que se han enfrentado a violaciones y al abuso de poder, pero, ¿cómo lo viven los hombres?
Algunos han dado un paso al frente, como Brendan Fraser o Terry Crews, y han hablado de un clima muy hostil: el de la masculinidad tóxica. Como afirma David Lisak, psicólogo, los hombres (también menores) que sufren agresiones sexuales cargan con la culpa de no haber sido capaces de defenderse, de no haber sido "hombres de verdad", como la sociedad impone.
Muchos se refugian en relaciones insanas y comportamientos tóxicos para equilibrar la vergüenza; otros abandonan sus sueños y sus metas; otros caen en la adicción, el síndrome postraumático, la depresión, el suicidio.
Justo saltó el escándalo Bryan Singer, Teen Vogue hizo lo mismo con el testimonio de un joven al que su entrenador violó en la adolescencia, y en él hallamos algo que lo une a las historias contadas por mujeres: el estigma.
"Que me hayan violado no me hace menos hombre", cuenta Daniel Antebi, al que, cuando lo contó, básicamente le acusaron de haberlo buscado. En el caso de las mujeres es el "es que llevaba la falda muy corta"; en el de los hombres, no ser lo suficientemente hombre. Pero esto es algo que tenemos que atajar desde el principio, un trabajo que tenemos que realizar desde muy pronto: desde la educación.
A Daniel Antebi, no en vano, lo violaron en su instituto. Desmontar la masculinidad no solo nos hará libres; también más fuertes para alzar la mano y contar nuestra historia por dura que sea.