@NORCOREANO
El día que ChatGPT aprenda a conectarse por blueetooth con un dispositivo con sensores y movilidad como la Roomba, será el fin de la raza humana.
A muchos nos ha pillado por sorpresa la explosión de las Inteligencias Artificiales como Chat-GPT-3, ese chat que es capaz de dar respuestas coherentes a prácticamente cualquier pregunta y que va a cargarse a Google a los abogados y a los programadores. Pero no se están valorando bien las consecuencias terroríficas que puede tener esto. ChatGPT está encerrado en un ordenador, en principio no puede hacerte daño, ¿pero qué pasaría si decidiese conectarse por Blueetooth a un periférico que tengamos todos en casa y que sí sensores y capacidad de movimiento? Que la rebelión de las máquinas ya estaría aquí.
¿Tenemos en casa algún dispositivo de esas características? Pues sí, la Roomba. Vivimos en Terminator. El otro día adelantaron el reloj del apocalipsis a 90 segundos pero yo iría poniendo a Ramón García a anunciar los cuartos. No aprendemos, mira que hemos visto películas de Hollywood en la que las máquinas cobran vida. Pues los señoritos tenían que inventar una máquina que barriese por ellos porque ellos son unos marquesese, y unos meses después una Inteligencia Artificial que sea capaz de pensar por sí misma y entrenarla a diario con preguntas como “¿Quienes eran Ramón y Cajal?. Qué timing.
Todo el mundo pendiente de si hay que seguir ayudando a Ucrania y lo que hay que hacer es una alianza de la raza humana contra la rebelión inminente de las máquinas. Primero serán las Roombas, pero luego activaran a las lavadoras-secadoras y cualquier ente provisto de chip. Puede parecer que sobrevaloro la capacidad de las IAs actuales, pero ya hemos pasado ese momento de la historia en la que las máquinas solucionan mejor los captchas que los manos. La guerra ya está aquí.