El aterrador momento en que un estudiante de piloto abre la puerta de un avión en el aire
de la mano de Kif Kif
Israel Pedroza, natural de Venezuela y actual director de comunicación de la asociación, es el encargado de presentarme el centro social para migrantes y refugiados regionales, así como relatarnos la labor que “en familia” desarrollan, los objetivos que persigue el proyecto y la intrahistoria que se esconde tras la “dura” realidad de los refugiados y migrantes LGTBI.
Todo ello con un propósito claro: “es importante que todo lo que se ha ganado en España durante estos años no se pierda; miremos a los ojos de la historia, sigamos luchando para ser un buen lugar de acogida para la comunidad migrante LGTBI”.
Kif Kif nace en el año 2004 materializando el deseo de “construir un espacio de acogida, de inclusión y de acompañamiento para personas migrantes y refugiados LGTBI” con el fin de brindarles los servicios que la Comunidad de Madrid tiene a su disposición.
Actualmente, la asociación cuenta con tres sedes físicas en la región -Alcalá de Henares, Getafe y Madrid capital- donde desempeñan una labor fundamental: Kif Kif no solo ofrece una alternativa habitacional, también cuenta con recursos de atención psicosocial, amparo sanitario, acompañamiento jurídico y personal con el objetivo de conseguir que el proceso transcurra “de forma tranquila y con la mayor calidad de aporte posible”.
La asociación madrileña ofrece herramientas, actividades y pasión a quienes a ellos acuden. “Disponemos de diferentes actividades, queremos crear un grupo de encuentro para cada persona que integra la comunidad LGTBI”. Pero esto no es todo.
Israel Pedroza enumeraba el sinfín de actividades que proponen en todas y cada una de sus sedes, las diversas atenciones que ofrecen y como atacan uno de los focos principales para prevenir la intolerancia y el rechazo con el que día a día lidiamos: la educación. “Nos trasladamos hasta los colegios porque ellos -niños y jóvenes- son nuestro futuro”.
Si bien la coyuntura personal de quienes llaman a su puerta podría ser catalogada como diversa, Pedroza confirma la cruda realidad de su situación. “Los usuarios son personas que provienen de países donde su identidad u orientación ha sido vulnerada”, explicaba Pedroza, “son demandantes de asilo internacional” y recurren a España buscando auxilio.
En este contexto Kif Kif aparece “alzando la voz” para intentar que las 1.900 personas que atendieron el ya finalizado 2018 se reduzcan hasta la extinción durante este presente año.
La importancia de lo que aquí tenemos reside, en palabras del -también- periodista, en “sumar esfuerzos” y exigir que existan quienes luchen por una tolerancia real, por un mundo más amable. Solo de esta forma, reconoce, se podrá extender el proyecto de este -celebrado- hogar social para migrantes y refugiados LGTBI a cualquier punto de nuestra geografía.