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EL CREADOR DE ‘THE WIRE’ ESTRENA ‘THE DEUCE’

David Simon, el guionista de The Wire, se mete en mundo del porno

No hay submundo oscuro, turbio, sórdido, corrupto y/o deprimente que se le resista a David Simon. Un guionista que durante cinco temporadas narró con certera y densa maestría las miserias de Baltimore en ‘The Wire’ y que ahora se atreve con el porno en la Nueva York de los años setenta.

The Deuce HBO

A David Simon le acompaña siempre la misma muletilla, la de “creador de ‘The Wire”. Y es que ser el responsable de la gestación y desarrollo de una de las series más veneradas de edad dorada de la televisión es un mérito del que hay que sacar pecho y hacerse eco. Siempre. Aquella crónica de cinco temporadas en las que se adentraba en los bajos fondos de una Baltimore que se había pateado cientos de veces como periodista del Baltimore Sun es un espejo en el que se miran muchas otras series más recientes. Incluso las suyas.

‘The Wire’ (2002-2008) es historia, de la buena, de la televisión. Auspiciada bajo el sello de la HBO, sirvió como tesis seriéfila para un tipo que salió rebotado del periodismo y decidió volcar su experiencia vital como reportero durante los ochenta y parte de los noventa en guiones de televisión. Si el periodismo le echa de menos, solo él lo sabe. Pero lo que está claro es que el mundo de las serie ganó a uno de los mejores contadores de historias que ha tenido que ahora se atreve a meterse de lleno en el mundo del porno con ‘The Deuce’.

A David Simon se le considera maestro, espejo en el que mirarse. Un especialista en contar un tipo de historias muy particular, nunca sencillas. Porque sus series tienen un ritmo difícil –no demasiado vivaz– para contar lo que quieren, que suele ser las miserias de una ciudad, de una profesión o de un personaje. Su lucha para salir adelante contra todo pronóstico y contra todo tipo de impedimentos. La crítica social siempre está presente.

En ‘The Wire’, donde gran parte de lo que narraba estaba basado en experiencias reales por mucho que a algunos les pareciese inverosímil en ocasiones, se atrevió con las drogas, el sindicalismo, la política, la educación y el periodismo. Cinco pilares de Baltimore (y de tantas otras ciudades) que se vieron examinados bajo la precisa lupa de Simon. Antes de aquello utilizó como campo de tiro ‘Policías en Nueva York’ y ‘Homicidio’, basada en un libro suyo.

La joya de la corona de Simon

Aquellas fueron su escuela, hasta que convirtió lo que había contado en ‘The Corner’ en una miniserie de seis episodios que giraban en torno a una familia de pocos recursos inmersa en el mundo de las drogas. ¿Dónde? En Baltimore, claro. Y de ahí directo a la joya de la corona, ‘The Wire’.

Imagen no disponible | Montaje

Desde entonces no ha repetido una fórmula tan redonda como aquella, pero lo cierto es que su concienzudo tratado sobre la lucha de la comunidad de Nueva Orleans tras el huracán Katrina en ‘Treme’ y el retrato crudo y sin adornos que hizo de un destacamento del ejército estadounidense en Irak en ‘Generation Kill’ llevaron su inconfundible marca.

Esta no es otra que la de un escritor que disfruta enfangándose, metiéndose de lleno con temas turbios y de fuerte calado social, político y económico para dar una versión de los mismos que otros no se atreven. Crónicas de corrupción, de crimen o de supervivencia diaria que apelan al realismo. De ahí que sean poco autocomplacientes, tan indigestas a veces y con personajes que se alejan de lo arquetípico.

Eso le convierte en un autor difícil. Sus series son notables, pero no suelen gozar del respaldo del público. Porque sí, la crítica las alaba, las encumbra y las valora por encima de la media. Pero no son fáciles de ver y eso no le gusta a todo el mundo. ¿Por el ritmo de los acontecimientos? Puede. ¿Por sus antihéroes? Quizá. ¿Por la densidad de los temas que suele tratar? Es posible. ¿Por qué (casi) nunca acaban bien para nadie? A lo mejor.

Treme | HBO

Él lo sabe. HBO lo sabe. Y nada cambia. Su estilo se mantiene fiel. No hace falta. Ambos son conscientes de que Simon es uno de esos autores de audiencias reducidas, de paladares exquisitos y del boca a boca. El triunfo de ‘The Wire’ llegó con el lanzamiento en DVD. Ahora, años después, todo seriéfilo que se precie presume de haberla visto incluso varias veces, pero en su día pocos lo hicieron.

‘The Deuce’ se lo toma con calma

‘The Deuce’ no es ‘The Wire’. Está más en la línea de ‘Show Me a Hero’ o ‘Treme’. No es malo. Al menos es lo que se presupone tras el visionado del piloto –disponible ya en HBO España–. Su arranque resulta menos complicado o duro de ver que en otras de sus series, pero es cierto que no entra mucho en materia. Con su nuevo trabajo se sumerge en el mundo del porno, en su legalización y auge en los años setenta en Nueva York.

Sin embargo, de ese negocio no hay nada en el primer episodio. En él se limita (que no es poco) a introducir a todos los personajes implicados, a elaborar un retrato exhaustivo de ellos marca de la casa. Un lujo que pocos se pueden permitir teniendo en cuenta que la temporada de ‘The Deuce’ son solo ocho capítulos y que las series padecen una fiebre enfermiza que les obliga a darlo todo en el piloto para captar cuanto antes al espectador antes de que cambie de serie.

A Simon no le importa. Ya lo dijo en su día, “qué se joda el espectador medio”. Dejó el periodismo harto de que le dijesen que debía escribir para el lector medio y nunca ha pretendido hacer series para el equivalente televisivo. Para ser espectador de su trabajo se requiere cierto ejercicio de paciencia, contemplación y confianza.

Incluso cuando en el piloto no se cuenta nada de lo que se promete en la sinopsis y cuando el protagonista es James Franco –un actor conocido poco atrayente per se–, saber que lleva el sello Simon es más que suficiente para adentrarse en ella. Franco actúa por partida doble. Interpreta a dos gemelos, Vincent y Frankie Martino. Uno es un barman con aspiraciones de ser algo más y el otro un jugador empedernido endeudado sin remedio.

Ambos, personajes de una noche neoyorkina en la que chulos y prostitutas toman la calle. Entre las segundas destaca una Maggie Gyllenhaal con una fuerte presencia desde su primera escena y que será clave en la entrada en el mundo del porno en estas crónicas de Wall Street que se ha marcado Simon y que estrenará un episodio por semana a partir del 18 de septiembre en HBO. El primero ya está disponible y es lo que se espera de él. Ni más ni menos.

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