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BALANCE TELEVISIVO

El efecto 'Killing Eve': por qué las mejores series de 2018 fueron todas feministas

Las series se han hecho eco, consciente o inconscientemente, de un fenómeno que ha marcado 2018: el Me Too. Las mejores ficciones del año, de 'Killing Eve' a 'Westworld', de 'Heridas abiertas' a 'The Handmaid's Tale', han sido orgullosas feministas, pero, ¿qué es lo que debe cambiar todavía?

Killing Eve Agencias

Hace justo un año, momento en el que hacíamos balance de lo mejor de 2017 y de lo que nos prometía 2018, el Me Too ya era una realidad visible y ruidosa. Alrededor de octubre de aquel año, conocimos los crímenes sexuales que el productor Harvey Weinstein, y otros más cayeron después, había cometido durante décadas.

El movimiento feminista, y gran parte de la opinión pública, se lanzó a una crítica estructural del sistema patriarcal en Hollywood y, por tanto, en muchos otros círculos. No se habló solo de la condena de estos delitos de violencia sexual, sino también cómo las historias del cine y la televisión conforman un imaginario en que la mujer es siempre el sexo débil, y reivindica un espacio mucho mayor para ellas en creación y dirección.

Ya en 2019, podemos ver muchas de esas batallas en las series de televisión, y lo cierto es que no es un efecto casual del Me Too. Siempre ha habido personajes femeninos fuertes y poliédricos en la pequeña pantalla, pero desde hace unos años, tal vez mediados de nuestra década, su protagonismo es lo habitual. Que esté creados por mujeres, por desgracia, no tanto.

Si hay un retrato famoso que la cultura televisiva ha hecho de nosotros ha sido el de los antihéroes de los 2000, nacidos en parte de 'Los Soprano' y apuntalados por 'Breaking Bad' y 'Mad Men' entre muchas otras. Su caída fue de la mano del auge de mujeres protagonistas, en unas ocasiones tan traumadas como ellos, en otras mucho más inspiradoras y ejemplares.

Las ficciones que abordan el feminismo

Si hay una serie de 2018 que representa a la perfección esta lucha política, tanto delante como detrás de las cámaras, es 'Killing Eve'. Creada por la guionista británica Phoebe Waller-Bridge ('Fleabag'), propone la revolución de un género siempre protagonizado por hombres como es el del thriller de espionaje. Villanelle es una mercenaria que parece un ángel, Eve lo contrario: una prosaica funcionaria del MI6 que se propone cazarla a golpe de 'girl power'.

Otra serie que realiza algo parecido es 'Heridas abiertas'. ¿Recuerdas 'True Detective', una serie de asesinatos bien intensita como excusa para poner a dos tíos a divagar? Pues esta es algo así, pero el foco es la relación entre las mujeres de una ciudad donde violarlas y matarlas ya es algo cotidiano.

Decir que todas las grandes series de 2018 son feministas quizá no sea del todo correcto, pues que una serie tenga un personaje femenino fuerte no quiere decir que sea feminista. Pero aun así hay algunas que establecen un diálogo muy interesante sobre el feminismo. Está claro que la más polémica al respecto es 'The Handmaid's Tale', que en su segunda temporada (mejor de lo que te han dicho) reflexiona sobre la sororidad, sobre la culpa de las mujeres que se alían a las más desfavorecidas.

Por eso también ha recibido críticas. En una línea similar se mueve la mediática y retorcida 'Westworld', con dos grandes lideresas, Dolores y Maeve, que presentan visiones casi opuestas a la revolución política (¿y feminista?), la del diálogo y la de la violencia.

¿Qué sucede detrás de las cámaras?

Lo cierto es que este protagonismo femenino de personajes grises y complejos, más realistas o más mitológicos, es lo usual en nuestra televisión actual. Lo más aclamado y lo más premiado. Podemos poner muchos ejemplos, de la adictiva 'The Good Fight', con una mujer madura, una negra y una lesbiana como protagonistas al culto de 'La maravillosa señora Maisel', en la que un ama de casa de los años 50 se mete a monologuista.

De las comedias 'Mom' y 'Día a día', en que son ellas quienes se enfrentan con una sonrisa a duros dramas cotidianos, a las juveniles 'Todo es una mierda' y 'The End of the F***ing World', con adolescentes osadas e inspiradoras. Podemos sumar otras como 'Homeland', 'The Deuce' o 'Pose', por no ir personaje a personaje.

Pero ojalá esta amplia variedad de grandes figuras femeninas tuviera su correspondencia tras las cámaras. Como Aloña Fernández Larrechi apuntaba ya en 2016, cuando todos alabábamos el retrato de las mujeres en 'Juego de Tronos', han sido muy pocas las que han podido escribir o dirigir un episodio de la serie más popular de nuestro tiempo.

No significa que los hombres productores no sean feministas ni que sean incapaces de crear historias de calidad en torno a las mujeres, pero el motivo de esta lucha radica precisamente en que hasta que no sean ellas quienes cuenten sus propios relatos en la misma proporción que ellos, no tendrá sentido que hablemos de televisión feminista. Hasta que eso suceda, el Me Too seguirá siendo necesario.

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