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@DIOSTUITERO

Lo de Epi y Blas ya sale en la Biblia: el rey David y Jonatán

@diostuitero habla sobre la noticia de que Epi y Blas eran pareja y reflexiona sobre qué otros personajes podrían serlo.

Epi y BlasAntena3.com

Terremoto informativo en el mundo de los teleñecos. A mí me hubiese gustado que la exclusiva la hubiese dado la Rana Gustavo, el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo, pero como sabéis, ha sido uno de los guionistas del programa el que ha revelado que lo de que dos solteros como Epi y Blas vivieran juntos y durmieran en la misma habitación no era casualidad: "Pensaba en ellos como pareja". Eso sí, quizá una pareja no en su mujer momento, porque siempre los vimos discutiendo y durmiendo en camas separadas.

Lo de ver a parejas discutiendo en una cama lo copió muchos años después en versión heterosexual Matrimoniadas. Ahora, tras la bomba informativa, estamos expectantes a ver si otras parejas salen del armario: Martes y Trece, Andy y Lucas (con estos pasa como con Epi y Blas, que nadie sabe cuál es cuál y también dicen muchas tonterías), Simon y Garfunkel y Ortega y Gasset (tan unidos que hay quien afirma que son la misma persona).

Más fuerte va a ser cuando salga a la luz lo de los Siete Enanitos, otros solterones que compartían piso y dormían en camas muy juntitas, o lo que es peor, lo de los doce apóstoles, doce tíos que decidieron seguirme con la promesa de que les haría "pescadores de hombres" y que al final me llevé al huerto (de los Olivos). También se esperan noticias de Batman y Robin, Astérix y Obelix, el Gordo y el Flaco y muchos otros. Y como siempre, las lesbianas, invisibilizadas.

El caso es que lo de Epi y Blas nos ha conmocionado. Entre eso y que Espinete practicaba el nudismo (ya sabéis que solo se vestía cuando se iba a la piscina o se ponía el pijama para dormir), aquello era un paraíso de liberalidad en horario infantil.

Pero no creáis que todo esto es tan nuevo. Ya la Biblia refleja de forma muy clara una relación de contenido homosexual, y no es ni más ni menos que una que tuvo el mismísimo Rey David, el rey más importante de la historia del pueblo judío y del que yo mismo desciendo, con su intimísimo amigo Jonatán, el hijo de su antecesor en el trono, el rey Saúl, al que no le hacía ninguna gracia el asunto.

La Biblia, el Primer Libro de Samuel, dice que “el alma de Jonatán quedó ligada con la de David, y lo amó Jonatán como a sí mismo” y cuando desgraciadamente Jonatán murió, David le lloró diciendo:

“¡Me eras tan querido! Tu amor era para mí más dulce que el amor de las mujeres.”

Es más, narra mi libro sagrado cómo en una ocasión en que David tuvo que huir, perseguido por Saúl, buscó un momento para despedirse a escondidas de su amigo Jonatán: “Se besaron y lloraron juntos”, dice la Biblia, en una escena de lo más tierna y amorosa.

Como os he dicho, Saúl estaba cabreadísimo con esta relación, y así se lo hizo saber un día a su hijo Jonatán:

“¡Hijo de la perversa y rebelde!, ¿acaso no sé yo que tú has elegido al hijo de Isaí para confusión tuya, y para confusión de la vergüenza de tu madre?”

Me marcho. Os dejo un consejo: Amaos los unos a los otros, las unas a las otras, los unos a las otras, los otres o como queráis. Dios es amor.