El aterrador momento en que un estudiante de piloto abre la puerta de un avión en el aire
¿ Día del Orgullo Friki ? Pero si todos somos ya frikis, ¿o no?
El día del orgullo fríki es eso que empezamos a ver como tendencia en internet desde hace algunos años, pero tras hacer el chascarrillo empezó a convertirse en algo ridículo para algunos y muy serio para otros.
Los orígenes de los eventos relacionados con las cosas “para frikis” se remontan a la década de 1990, cuando Tim McEachern organizó unas citas eventos llamados Geek Pride Festivals en Nueva York.
Pero no fue hasta 2006 cuando el blogger español Germán Martínez decretó que el 25 de mayo sería el Día del Orgullo Friki, algo que atrajo tanto la atención de los medios que en 2008, se convirtió en una celebración oficial también en los Estados Unidos.
La fecha no está elegida al azar, ya que el 25 de mayo de 1977 se estrenó en los cines 'Una nueva esperanza', la primera entrega de la saga ‘Star Wars’. Ese día sería el ideal para exhibir sin vergüenza su devoción por películas, libros, series, videojuegos que en teoría no están sujetos a la consideración de alta cultura que tenemos asimilada, con lo que esas cosas como ‘La guerra de las galaxias’ pertenecen al gueto de quien guía sus vidas gracias a las películas o cómics.
El fenómeno global ha ido evolucionando desde que 300 madrileños se unieran para crear un Pac-Man humano en 2006. La planificación y el alcance de estos eventos no han hecho más que crecer, extendiéndose por Europa y Estados Unidos.
En 2013, en Gotemburgo, Suecia, se hizo el primer desfile de Orgullo Friki. Fue tan exitoso para la comunidad que se ha convertido en una tradición anual para Gotemburgo. Los desfiles tienen sentido cuando dentro de la cultura ‘geek’, cada vez está más instaurado el cosplay, surgiendo casi como una afición aparte.
Todo esto es muy bonito, pero si miramos la definición de la RAE, “persona pintoresca y extravagante” o “persona que practica desmesurada y obsesivamente una afición” hacemos agua en la concepción que se tenía en el siglo XX a la que vivimos ahora.
Desde que la saga de Peter Jackson ‘El señor de los anillos’ se convirtiera en el referente de todos los blockbusters que siguieron todo dio una vuelta inesperada. La trilogía recaudó miles de millones y llevó la fantasía al terreno del mainstream.
Tus padres fueron a verla. Puede que tu abuela. Lo interesante es que, echando cuentas, desde el 2001 han pasado 17 años. Los bebés de un año en esas fechas ahora son mayores de edad. Tiempo suficiente para generar su propia nostalgia por esas películas.
Diez años después de ‘Iron Man’, el cine se rige por los superhéroes. Todos imitan a Marvel y Disney ha pasado de ir en decadencia a tragarse a otros estudios. A comprar la franquicia ‘Star Wars’. Hoy mismo, el día del orgullo, tenemos una entrega más dedicada a Han Solo, y las que quedan. Nunca antes el límite entre la cultura “nerd” y la cultura dominante ha sido tan difuso.
Desde la televisión también se fue caldeando el terreno con series como ‘The IT Crowd’ y ‘The Big Bang Theory’ que satirizaban un mundo que se estaba volviendo más visible y poderoso. Por no hablar de la “heredera adulta” de la saga de Tolkien, la fantasía de los libros de ‘Juego de Tronos’ convertidos en serie, un sello que siempre se ha asociado a prestigio y ficción adulta.
Las obsesiones que antes eran frikis, como muñecos, cómics y camisetas de lo que a uno le gusta como forma de autoreivindicación son cada vez más las obsesiones de todos.
En los 90, Buffy la cazavampiros era la indiscutible referencia para los ‘nerds’, sin embargo duró siete temporadas y es hoy uno de los programas de televisión más exitosos de todos los tiempos. Es más, su creador, Joss Whedon, es casi un gurú de la cultura tras su revolucionara ‘Los Vengadores’.
El fenómeno camino de los 2000 millones de dólares que es ‘Infinity War’ se cimenta en lo que él supo llevar al cine. Las películas de superhéroes y fantasía son el cine moderno, es la nueva versión de la corriente principal, el mainstream.
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Ya no son marginados de la sociedad.
Lo que alguna vez se consideraron actividades frikis, como los videojuegos y la programación, ahora tienen una gran vigencia social y tienen cada vez más demanda como opciones de carrera y pasatiempos.
La cultura youtuber asociada a esto genera millones de visitas. Entonces. ¿Han ganado la batalla? En 1984, la película ‘La revancha de los novatos’ dibujaba una venganza de un grupo de inadaptados que en los noventa habríamos llamado vulgarmente como frikis.
El intelectual serio y gafapasta, el jugador principal del equipo de fútbol del colegio o el mismo profesor, irán esta noche a ver ‘Han Solo’. Uno para hacer su videocrítica como si fuera una de Bergman, otro para pasar un buen rato con su ligue y los padres de familia a llevar a sus hijos y disfrutar de la misma forma.
No es bueno ni malo pero, desde luego, el verdadero friki, hoy es el que ve pasapalabra, no juega a videojuegos, prefiere ir a ver un drama social, una comedia negra o se pone a leer a los clásicos de la literatura española por pura pasión.
Ya empiezan a reunirse, en sus pequeños foros de internet, en sus pequeñas comunidades de booktubers y grupos cerrados de Facebook, empezando el germen de los inadaptados, esperando a que cambie la tendencia de nuevo y la gente se canse de ver sables láser, naves espaciales y tipos en mayas volando y pegándose para instaurar de nuevo su dictadura.