@BECARIA_:
Becaría escribe sobre cómo los gurús de autoayuda son un timo que lo único que quieren es tu dinero.
A la afición por acumular libros con la idea de leerlos alguna vez se le llama "tsundoku". Si los libros son de autoayuda, espiritualidad y crecimiento personal, no existe un nombre específico, aunque habrá quien diga que es cosa de tolais o turulecos.
El margen que obtiene un escritor de la venta de un libro no es para tirar cohetes, pero Paulo Coelho es uno de los escritores más ricos del mundo sólo con su plumilla de abuelo cebolleta experto en la vida; ya es un pureta de casi 80 castañas que vive en una humilde mansión en Suiza al pie del lago Lemán, pues no son pocas las personas que coleccionan sus mamotretos. Sin duda, esto lo pone en una posición muy apta para dar lecciones de crecimiento espiritual a cualquier persona con un sueldo normal tirando a regular que se pasa una semana ahorrando las vueltas del café para comprarse un libro suyo, que suele rondar los veinte euros más los cincos céntimos que te cobra una librería física por la bolsa.
La pandemia por el Covid-19 disparó la venta de libros de autoayuda; tiempos de caos, incertidumbre, flaqueza emocional, problemas laborales, duelos en situaciones traumáticas y dudas existenciales. La frase de "A llorar a La Llorería" no ha sido de alivio para casi nadie y ahí han seguido y siguen dejándose los cuartos en tiritas de colores con tapas, solapas y fajas. Las ventas de libros de autoayuda no paran de crecer, la balanza de la oferta y la demanda se reajusta y es normal que por ello cada vez salga al mercado más morralla.
De los libros más vendidos de 2022 en los zocos online de Casa del libro, Amazon y Fnac, destacan títulos de antiayuda como "Encuentra tu persona vitamina" o "Cómo hacer que te pasen cosas buenas". Por destacar un dato, el precio de ambos asciende a 39,80 €, casi lo que cuesta una sesión terapia en la consulta de un psicólogo o psicóloga. Ahí lo dejo para quien lo pueda necesitar.
"Las gafas de la felicidad", "Las lentillas de la felicidad", "El arte de no amargarse la vida", "Ser feliz en Alaska"... son algunos de los títulos siempre candentes de Rafael Santandreu, Satándreu para los amigos, uno de los autores españoles de antiayuda que más ha facturado en los últimos años llenando páginas sin decir nada realmente útil ni certero más que echarte la culpa a ti mismo por ser un infeliz y por lo mal que te va todo en la vida, porque eres un bala perdida inconformista que no te sabes gestionar.
Estos autores hacen que sus libros parezcan sustanciales, pero, al final, todo lo que encuentras es una gran cantidad de palabras vacías creando expectativas poco realistas, muchas veces adornando el texto con dibujos y ejercicios para quienes se estresan con los libros y necesitan lecturas más llevaderas. Conocen bien las limitaciones de su público objetivo. Venga, ¡otra ilustración con forma de corazón o piruleta!
Dicho lo cual, las personas que sólo son optimistas dando a su casa ese toque de desesperanza con una colección de libros que prometieron cambiar su vida, pero que nunca han abierto, y con la única ilusión de mirar cómo su estantería se llena mágicamente de más libros sobre cómo atraer cosas a su vida, mientras se preguntan por qué nunca han atraído la felicidad. Y así funciona la pirámide de la autoayuda: cuantos más tochos compras, más subes en ansiedad por las lecturas vacías pendientes, pero nunca llegas a la cima, a la vez que los gurús se ríen desde sus refugios de tu flaqueza mientras te dejan la cartera seca. Al final, sale más cuenta tirar el dinero en La Quiniela.