El aterrador momento en que un estudiante de piloto abre la puerta de un avión en el aire
@NORCOREANO
Despiertas del coma la una habitación del hospital. No hay nadie, tras un rato logras espabilarte y estirar las piernas. Gritas pero no acude nadie, decides salir al pasillo, está vacío. Como no te cruzas con nadie terminas saliendo a la puerta del hospital, pero nada, todo está desértico. Sigues andando por la calle, todo es muy extraño. El suelo está lleno de mascarillas, esto tiene mala pinta. Entre mascarilla y mascarilla encuentras un periódico de hace un mes:
El titular a toda página:
"Pandemia mundial".
Otras noticias:
"Ronaldinho gana el torneo de sicarios de su cárcel de Paraguay".
"Estado de alarma, peluquerías abiertas".
"Cura da una misa online con un filtro de Instagram que le hace parecer un travesti".
"No era como una gripe“.
"Prohibidas las misas y la Semana Santa por el gobierno socialcomunista, como en el 36".
Está claro que la pandemia acabó arrasando con toda o casi toda la humanidad. Tienes esperanza de encontrarte con alguien y contarle tu historia, o al menos un perro como Will Smith o un balón como Tom Hanks. Encuentras un contenedor delante de un supermercado cerrado, hay comida de esa que tiran porque está a punto de caducar. Está caducada pero no mucho, necesitas comer. Sólo quedan coles de Bruselas, albóndigas veggie y Digestive de soja, se ve que el miedo de la gente acabó con las reservas de comida real. Te pegas un atracón. Estás convaleciente y no nada que hacer en el mundo, así que te echas la siesta. Te levantas casi anocheciendo y decides pasear por la avenida más grande de la ciudad. Te entra un apretón, te desnudas y decides hacerlo ahí, en mitad de la calle. El mundo es tuyo. De repente suenan las campanas de la iglesias, todos los balcones se abren y miles de personas salen a aplaudir mientras echas lo tuyo y suena el Dúo Dinámico. No estás en Soy Leyenda, estás el Show de Truman.