EMMA STONE ES EL MOLDE PERFECTO DE ESTA COSIFICACIÓN
Las actrices de Hollywood viven una clonación continua, camuflándose en la estética de otras que ya están de moda, hasta ser la misma y la misma y la misma. La cosificación de la mujer en el cine llega a extremos industriales. Emma Stone es ahora el molde para alcanzar éxito en taquilla. Nos lo explica Laura Cepeda, una de las directoras de casting más relevantes del cine español.
En Los Ángeles, hay una frase que se repite como un mantra –“nadie sabe nada”-, porque ignoran dónde puede surgir el próximo taquillazo. Así, cuando se quiere apostar a lo seguro, existe otra norma: “copia a quién triunfa”.
Que una actriz, u otra, haga un personaje depende de lo bien posicionado que esté en los medios de comunicación y de su popularidad para realizar publicidad. Sin embargo, existe una variable más: ¿a qué otra actriz de éxito se le parece y qué papeles similares puede interpretar como ella?
Laura Cepeda es una de las directoras de casting más veteranas del panorama nacional y también actriz (interpretó recientemente a la madre de Salma Hayek en el filme ‘Everly’). Por sus manos, han pasado los repartos de las principales series y películas españolas y varias de EE UU.
Cepeda sostiene una teoría: Hollywood ha convertido a sus actores en meros productos, en el sentido más industrial de la expresión.
De Pretty Woman a la novia de Spiderman
Siempre hubo modas, pero esto es otra cuestión. La cosificación de los actores -o mejor dicho de las actrices- implica lo siguiente. Un personaje femenino y con un determinado color de pelo, con unas facciones similares a Julia Roberts, debería representar papeles lo más parecidos a los que Roberts interpretó: comedias o historias de superación ('Pretty Woman').
“Me da mucho coraje cuando veo una película y me confundo de actor. Sobre todo, me pasa siempre con las actrices. Ahora, por ejemplo, estamos en la moda de las intérpretes pelirrojas. Todas las actrices americanas tienen que ser pelirrojas”, explica Cepeda.
Según Cepeda, Hilary Swank, Jennifer Garner y Sandra Bullock son hijas de Julia Roberts, clones de lo que ella representó y, paradójicamente, también clónicas entre sí. Las tres guardan un parecido artificial, fomentado por sus equipos de imagen, y dan servicio a la industria de forma casi idéntica, pero con leves matices.
Son como muñecas rusas y podrían ordenarse en graduación. Las cuatro se han especializado en un tipo de papel de mujer humilde, con problemas pero un futuro acogedor a la vuelta de la esquina. ¿Cuántos papeles de clase alta han representado? Ninguno; es decir, los mismos que Julia Roberts.
No obstante, el ejemplo más llamativo es el de dos actrices pelirrojas casi gemelas incluso para sus fans. Hace un par de años Jessica Chastain fue sorprendida por unos admiradores que realmente creían que habían encontrado a Bryce Dallas Howard, y ella les siguió el rollo.
Amy Addams y Emma Stone también podrían ser confundidas con facilidad aunque entre ambas hay una diferencia de… exactamente 14 años. Se podría decir que el modelo (o el molde) “Stone” es más nuevo que aquel llamado “Addams”, para cuando éste deje de poder interpretar papeles de joven.
“Esta industria crea productos y los clona por si acaso. Dicen: esto funciona, pues vamos a seguir haciéndolo”, reitera Laura Cepeda.
Así, las actrices de Hollywood, según la directora de casting, viven en un entorno despiadado, que les hace creer que son únicas. Sin embargo, su éxito dura mientras la industria del cine está fabricando un clon que las sustituya cuando ya no sean útiles para hacer caja.
"Te enseñan a que eres la repera, imprescindible, pero luego crean otro clon: y se acabó. Ya nadie te admira ni te considera. Nadie", apostilla.
No es, por tanto, una cuestión de talento, sino más bien de “modelos de actriz”.
FIN