El increíble momento en que un médico vietnamita quita un seta de la oreja de un paciente
@NORCOREANO
Una cosa que aprendes con la madurez en el cargo es que la soberbia no es buena consejera para un estadista. Hay que reconocer los errores, aceptar los aciertos de otros gobiernos, estudiarlos y aprender de ellos para hacer de Corea del Norte un país mejor. Por eso, en este proceso de aprendizaje al exterior he ordenado construir un Hospital de Pandemias similar al de Madrid que, si bien es probable que a estas alturas ya no sirva para mucho en la lucha contra el coronavirus, será de gran utilidad dentro de 120 o 140 años cuando llegue la próxima pandemia y mi tataranieto tenga que enfrentarse al virus de la carne mechá o del mosquito siberiano. Os dejo algunas imágenes de la primera semana
Inaugurando las obras. Hay que cavar hondo que repose bien la estructura. Tenía también una foto con la hormigonera pero salió movida.
En el laboratorio, poniéndome al día de los avances de la vacuna norcoreana.
Fumándome un cigarro en la planta infantil. El perro dándole por detrás a Doraemon lo pusimos de coña para la foto, lo quitaremos cuando lleguen los críos.
Sillón y maquinaria dental de última tecnología en la planta de interrogatorios.
En pediatría. Los niños me adoran, las enfermeras parecen asustadas imaginando cómo gestionar tanto churumbel.
Midiendo el pulso a una paciente a ver si baja de 80. A veces, cuando un enfermo no tiene cura, la opción más difícil pero más humana es no prolongar su agonía. En este caso estaba ingresada por un esguince en la rodilla, no era el caso.
El Hospital de Pandemias de Pyongyang terminado y listo para funcionar, no hemos instalado ventanas para cumplir las normas de ventilación de interiores aconsejadas por la OMS.