@DIOSTUITERO
Diostuitero nos cuenta la sorprendente historia de la reina guerrera Boudica y como se enfrentó a los romanos.
Los romanos y yo no nos llevamos bien, por eso soy fan de Boudica, una increíble reina guerrera que en el siglo I les proporcionó más de un quebradero de cabeza en Gran Bretaña.
Cuenta el historiador romano Dión Casio ( que, además de no ser de Rólex, era un poco machista) que «poseía una inteligencia mayor que la que generalmente tienen las mujeres», que era alta, de voz áspera y mirada feroz, cabello pelirrojo hasta la cadera y túnica de muchos colores, como la bandera LGTBI, pero antes de que se inventara.
A la muerte del esposo de Boadica, Roma se anexionó su reino, exigiéndole además el pago de una gran deuda. Como este pago no se produjo, los romanos saquearon sus aldeas e hicieron esclavos a muchos de sus súbditos, además de azotar a la propia Boadica y violar a sus hijas. ¡Malditos hijos de Rómulo y Remo!
Pero Boadica no se quedó de brazos cruzados. Formó un ejército y los derrotó varias veces, llegando a incendiar y masacrar a los habitantes de la mismísima Londinium, la Londres actual. Isabel II todavía no había nacido, pero por poco.
Al final el gobernador romano de Britania en persona se enfrentó con su ejército al de Boadica y lo destrozó. Boudica acabó suicidándose con veneno para evitar que los romanos la atraparan, según Tácito, aunque Dion Casio da otra versión de los hechos.
El caso es que Boudica y sus dos hijas, que estuvieron presenciando el curso de la batalla, nunca fueron encontradas muertas.
Tal fue el grado de violencia que los romanos aplicaron que durante los cuatro siglos siguientes la provincia se mantuvo en paz. Incluso el emperador Nerón calificó de "muy duro" el castigo infligido a los celtas que lucharon en esa batalla.
La figura de Boadica ( también conocida como Boadicea, como en la canción que Enya le dedicó), olvidada durante la Edad Media, fue rescatada de las profundidades de la historia y glorificada durante la era victoriana. Hoy una estatua suya luce muy cerca del Palacio de Westminster con los siguientes versos:
"Regiones que el César nunca conoció / tus herederos dominarán."