@DIOSTUITERO
La sorprendente historia del Papa que duró 33 días y las extrañas circunstancias de su muerte.
Dicen que lo bueno, si breve, dos veces bueno. Y Juan Pablo I era conocido por todos por ser eso: bueno, amable ( le llamaban "la sonrisa de Dios") y sobre todo, breve, porque, a los 33 días de su elección como Papa, apareció muerto en su habitación, se supone que de un infarto, aunque, a sus 65 años, gozaba de una excelente salud.
Las extrañas circunstancias que rodean todo el caso, con numerosas contradicciones y el hecho de que oficialmente no le realizaran ninguna autopsia ( aunque según otros informes sí se le practicó), han llevado a que sean muchos los que afirman que fue asesinado, envenenado más concretamente.
¿El motivo? Temas bancarios, ya sabéis. Mi reino no es de este mundo, pero el dinero del Vaticano sí.
Juan Pablo I ni siquiera quería ser Papa. Es más, dijo al resto de cardenales que dimitiría si le elegían. Al final aceptó por no montar un Cristo.
Fue el primer Papa que eligió un nombre compuesto, como los galanes de las telenovelas, y el primero que empezó a hablar en primera persona, como cualquier hijo de vecino, renunciando al plural mayestático. De todas formas, cuando le transcribían los discursos, se los volvían a poner en plural, porque la Iglesia es así.
También fue el primero en rechazar la silla gestatoria, ese trono para ser llevado en volandas como el jefe de la aldea gala de Astérix, hasta que le convencieron de que era necesaria para que pudiera ser visto por los fieles.
Un día se levantó feminista y dijo que "Dios es padre y también madre", dejando al personal ojiplático.
Rechazó la milenaria tradición de la coronación papal y también la tiara y, aunque era un intelectual, en sus discursos a veces incluía alusiones a personajes como Pinocho, para que la gente le entendiera mejor.
Fue un Papa muy querido por todo el mundo, excepto por los que supuestamente se lo cargaron, claro.