El aterrador momento en que un estudiante de piloto abre la puerta de un avión en el aire
@NORCOREANO
Estoy deprimido, estoy chof. A veces, desde lo alto de la cima, uno puede ver como su imperio de desmorona, cual Pablo Escobar en sus últimos días, rico y poderoso pero huyendo de una tragedia inevitable. Por un lado esta semana ha vuelto a desertar otro de mis hombres de confianza, mi médico. No hace tanto estuve en su consulta y no percibí nada extraño en él, tuvimos una conversación habitual y profesional. Líder, tiene usted hipertensión arterial. Doctor, ¿vamos a morir? Pero en cuanto baja un poco la producción de arroz, todas las ratas huyen del barco. La huída de mi médico personal no es tema baladí, no sólo ya porque conoce mi historial, sino porque además era el encargado de administrarme los valiums y los actimeles. Aún no he encontrado un súbdito con tacto suficiente para administrarme los supositorios.