El aterrador momento en que un estudiante de piloto abre la puerta de un avión en el aire
@NORCOREANO
Hace algunos años, filósofos y sociólogos occidentales comenzaron a hablar de la posmodernidad, un movimiento cultural y filosófico que frente a lo racional y lo funcional de la modernidad, se presenta como un movimiento opuesto, donde los diferentes campos se mezclan entre sí, las verdades no existen y todo es posible, lo subjetivo manda. Pues hoy, desde mi poltrona oriental aislada del mundo, desde ese sillón privilegiado que me permite observar la sociedad occidental con clarividencia, os anuncio que ya habéis alcanzado esa etapa. Vivís en la era posmoderna. Que sois tontos, vamos. No creo que esté ante un diagnóstico precipitado, esta semana se han producido dos eventos que confirman mi teoría: le han dado un Nobel de Literatura a un cantante y han sacado un smartphone extremeño. Lo primero se veía venir desde hace ya 15 años, cuando sacaron Operación Triunfo y nuestras madres comenzaron a llamar “artistas” a personas que no habían compuesto una estrofa en su vida, sólo cantaban. Posmodernidad es que en plena era de la información y la comunicación le hayan dado un Nobel a un tío y una semana después todavía no se haya enterado. El desprecio del cantautor al Nobel es una falta de respeto para todos los que llevamos años luchando por ganar uno, como es mi caso con el de la Paz, y la concesión del Nobel a un músico es un desprecio a todos los escritores que han destacado estas décadas (Kundera, Murakami...) y han vendido millones de ejemplares (Belén Esteban, ElRubius...).