@NORCOREANO
Norcoreano analiza porque se ha vuelto viral el genial saludo de David Bisbal destacando su genialidad y calidez humana.
Los esquimales tienen 40 palabras para referirse a las nieve y los españoles 80 para llamar a los máquinas: artista, figura, fenómeno, monstruo, campeón, crack, jefe, maestro... Un concepto que no tiene traducción en otro idioma. También requiere de un tipo de persona concreta que enuncie el saludo o la pregunta, una persona como David Bisbal que te guiñe el ojo después de hacer un chiste sobre 'la parienta'.
La expresión "¿Cómo está el máquina?" Supone varias cosas: El enunciante no sabe tu nombre, al enunciante no le interesa lo más mínimo la interacción social en la que está implicado, el enunciante te despacha de forma obscena con la frase hecha más básica que conoce. El enunciante es un máquina. Había que empezar haciendo un poco de análisis cultural y filosófico para explicar el éxito del saludo de Bisbal: “¿Cómo están los máquinas,? Lo primero de todo”, el OLA K ASE de 2023. Para 2033 es probable que los seres humanos se comuniquen ya únicamente con frases hechas y memes.
El fenómeno viral está en marcha y ya no hay quien lo pare. Igual que vimos a Bill Clinton bailando La Macarena veremos a Joe Biden saludando a Pedro Sánchez con un "¿Cómo están los máquinas?" en perfecto español. Es difícil desentrañar el encanto del vídeo. Es Bisbal con traje rosa acercándose a una cámara y a unos fans que sabe que tiene que despachar, lo hace con una seguridad que sólo podría tener alguien que comenzase su carrera como cantante de una orquesta de verbenas. Una frase que para Bisbal y para sus fans es normal pero a la vez contiene todo el encanto del mundo. Los máquinas están esperando a Bisbal en una puerta trasera para echarse una foto con él, por eso son los máquinas.
Van a correr ríos de tinta analizando el magnetismo de la frase del año, pero es fácil: es la calidez de un hombre que sabe que sus fans están ahí desde Ave María Corazón Latino. Es la calidez con la que se contesta a esa fidelidad a prueba de bombas. Viva Bisbal.