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LA EDAD DE ORO DE LA ANIMACIÓN

Las mejores series tienen algo en común: son de dibujos animados

El éxito universal y atemporal de 'Los Simpson', que se emite todos los días en NEOX y considerada por muchos una de las mejores series de la historia, así como el regreso de 'BoJack Horseman' y la despedida de 'Hora de aventuras', demuestran que vivimos una edad de oro de la animación televisiva. Repasamos el fenómeno y sus títulos actuales más aclamados, de 'Steven Universe' a 'Rick & Morty'.

Los nuevos fallos de continuidad descubiertos en 'Los Simpson'Objetivo TV

Esta excusa ya te la sabes. Al igual que a tus padres se les hacía un mundo llevarte a ver películas de dibujos animados cuando eras niño y luego salían más enamorados que tú (la Disney de los 90 y la Pixar de los 2000 no fueron para menos), tus amigos pasan de ti cuando les recomiendas series animadas.

¿Cuál es la razón?

Tan sencilla que no tendríamos ni que explicártela: el público mayoritario sigue colgándole a este formato la etiqueta de infantil, aunque, por suerte, cada vez menos. ¿Qué puedes hacer tú, que llevas 20 años enganchado a 'Los Simpson' y que no puedes parar de ver episodios de 'Padre de familia' compulsivamente?

No te des jamás por vencido. Siguen captando adeptos para la causa, para que cada vez más aficionados se den cuenta de que las mejores series actuales son todas de dibujos animados.

Los Simpson

El ejemplo perfecto de que las teleficciones de animación pueden dirigirse a niños tanto como a adultos y además ser capaces de hablar de las cosas importantes, de la política a la condición humana, es 'Los Simpson'. Ha conseguido, además, algo que pocas han logrado antes (es más, solo se nos ocurren 'Friends' y 'The Big Bang Theory' en nuestra generación y nuestro tiempo): que nos reunamos día a día frente a la pantalla a ver episodios que hemos devorado mil veces.

La producción de Matt Groening para la cadena Fox (a punto de comenzar su temporada 30) es una imprescindible en los rankings de las mejores series de la historia, pues pronto dejó de ser un relato sobre las aventuras de la familia amarilla para convertirse en una incisiva sátira, una crónica de los capítulos más vergonzantes de Norteamérica, también ahora en la era Trump.

Una bofetada a la realidad

No obstante, dos eventos de las últimas semanas han vuelto a demostrar que la televisión animada se encuentra en uno de sus mejores momentos de variedad y excelencia. Por un lado, el regreso de 'BoJack Horseman', cuya quinta temporada, según los críticos, sigue siendo una bofetada de realidad sobre la frustración y los grises humanos.

Por otro, el desenlace de 'Hora de aventuras', un hito de la pequeña pantalla moderna por su influencia y su sensibilidad. Son representantes de dos fenómenos diferentes en la animación. La primera, protagonizada por un caballo exestrella de la comedia al que podríamos definir como el Don Draper de la tele, es el síntoma de que todas las grandes cadenas quieren tener ahora una gran ficción animada y adulta. La segunda, que estamos ante un formato clave para la fantasía y las ideas valientes.

'Hora de aventuras', sobre la amistad entre un humano, Finn, y un perro, Jake, en un universo postapocalíptico, se ha marchado para siempre tras 10 temporadas, y ha dejado huérfano a un fandom entregadísimo. Su contribución, eso sí, es imprescindible para entender qué es hoy de las series animadas.

No solo por la factoría en la que nació, Cartoon Network ('El laboratorio de Dexter' y 'Las supernenas' también surgieron aquí), sino por el estilo de su creador, Pendleton Ward, que ha marcado en lo visual, en su tono irónico, entrañable y agridulce. De hecho, ese bonito legado lo encontramos en 'Más allá del jardín', una preciosa miniserie animada que vio la luz en 2014 de la mente de Patrick McHale, curtido en 'Hora de aventuras': narra el viaje de dos hermanos a través de un mundo de fantasía con referencias al folclore de Norteamérica.

No es un fenómeno solo de hoy

Pero si hay dos series que han tomado el relevo de 'Hora de aventuras' en estas coordenadas son sin duda 'Rick & Morty' y 'Steven Universe', ambas además de Cartoon Network. La primera tiene el culto oficial más perseverante y es una ficción perfecta para nostálgicos de los 80 y del humor corrosivo de las buddy comedies, pero con el foco puesto en la enfermedad mental.

Es la historia de un abuelo y un nieto (te recordarán a los protas de 'Regreso al futuro') de viaje a través de portales interdimensionales. 'Steven Universe', por su lado, demuestra que la animación es un código perfecto para hablar de realidades emocionales e identitarias (ya te lo contamos a raíz del polémico beso gay de Star contra las fuerzas del mal): su protagonista es un niño criado por guerreras alienígenas que lucha por comprender sus orígenes familiares.

Todas estas series muestran que la animación vive una excelente edad de oro, para abordar grandes cuestiones con formas frescas e imaginativas, pero no olvidemos que no existirían sin las antecesoras que tuvieron que dirigirse a públicos mucho más amplios para triunfar.

Pensemos en la marca que han dejado 'Los Simpson' y 'Futurama', que abrieron el camino de la radiografía social y política a través de la sátira, como han hecho además 'Padre de familia' y sucesoras ('American Dad', 'The Cleveland Show'). Y también que a finales de los 90 fuimos testigos de una cosecha interesantísima e influyente después, series como 'South Park', 'Daria' y 'El rey de la colina'.

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