UNA SÁTIRA SOBRE LA EXTRAÑA MUERTE DEL GENOCIDA
La Administración Putin cree que la película ‘La muerte de Stalin’ (Armando Iannucci) podría crear revueltas ciudadanas entre los simpatizantes del Partido Comunista ruso.
Armando Iannnucci estrenó ‘La muerte de Stalin’ en el Festival de Cine de Toronto. Éste es su tráiler. Se trata de una sátira sobre los motivos reales –y no confirmados- de la muerte en 1953 del dirigente de la Unión Soviética.
La película de Iannucci se basa en la novela gráfica homónima en la que se narra cómo Stalin murió en extrañas circunstancias, en un periodo negro de la URSS en el que desde el Kremlim a él se le temía por su continua caza de brujas, represión política y actos genocidas.
La Administración de Vladimir Putin asegura que este filme no es más que una “provocación planificada” para crear revueltas en Rusia. Hablan incluso de complot. No en vano, Stalin es todavía considerado la figura más relevante de la Historia para gran parte de los rusos. El Partido Comunista es el segundo en importancia allí. Y la película puede enfurecer a los comunistas, dicen.
El Ministerio de Cultura ruso incluso hace gestiones, según The Guardian, para que se impida la distribución de este filme, que sí llegará a las salas occidentales –Europa y EE UU- este 20 de octubre.
La muerte por derrame cerebral de Stalin sigue siendo uno de los hitos históricos con más claroscuros. Stalin murió en 1953 en el despacho personal de una dacha bastantes horas después de sufrir un derrame cerebral. Su sucesor Nikita Khrushchev aseguró en sus memorias (sin aportar pruebas) que lo asesinó Lavrenti Beria, de la policía secreta.
Algunos historiadores aseguran que nadie asistió en esas horas claves a Stalin porque éste había detenido a sus médicos personales (el denominado complot de los médicos) ante el temor de que lo estuvieran envenenando durante su tratamiento. Los médicos que intentaron reanimarlos en sus últimos momentos, incluso usaron sanguijuelas en su cuello para salvarle la vida.
La novela gráfica y la película ‘La muerte de Stalin’ relatan cómo antes de su muerte, en aquel despacho, algunos de sus más cercanos colaboradores debatían con el cuerpo aún con vida de Stalin qué hacer en aquel momento, si socorrerle o dejarlo morir. Incluso mantuvieron una reunión aparte para votar qué decisión tomar.
Lavrenti Beria era uno de ellos. Algunas crónicas dicen, incluso, que Bertia le espetaba que se recuperara cuanto antes cuando Stalin abría los ojos y estaba tumbado en el suelo consciente, pero deseaba en voz alta su muerte cuando perdía el conocimiento.
La radio oficial rusa, aquella madrugada de marzo de 1953, anunció a todo el país la muerte. “El Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, el Consejo de Ministros de la URSS … anuncian con un profundo dolor al Partido y a todos los trabajadores de la Unión Soviética, que el 5 de marzo, a las 21:50 horas, después de una grave enfermedad, … Yosef Vissarionovich Stalin, ha fallecido».