@BECARIA_

Una noche en la vida sexual de una persona espiritual

Becaria se pregunta como cómo es la vida sexual de una persona amante de la vida espiritual, que hace yoga místico, reiki, fuma flores o cree en la curación de enfermedades a través del agua.

Persona practicando yogaPhoto by Conscious Design on Unsplash

Tal como follas, así estás de sano por dentro. ¿Pero cómo folla una persona amante de la vida espiritual, que hace yoga místico, reiki, fuma flores, cree en la curación de enfermedades a través del agua, va a manifestaciones contra las vacunas, protesta contra el capitalismo meando en las farolas, hace aviones de papel con las papeletas electorales y se estira los isquiotibiales saludando al sol con el frenillo o el útero? Pues malamente.

Un friki del yoga magufo, en vez de dejarse llevar en plena fellatio con el glande gordo como una manzana que golpea como una campana en la garganta del contrario, decide impresionar a su pareja no mística cortando en seco la mamada y haciendo la postura del árbol desnudo levantando un pie y colocándolo en el muslo interno de la pierna opuesta, manteniendo el equilibrio con el pene en fase refractaria y encogiéndose como un gusano. "¿Ves cómo me sostengo y me enraizo en el suelo?". Impresionante, Astarloa.

La postura del árbol puede parecer hasta normal si se compara con una danza celestial en la que el Astarloa decide imitar el vuelo de un pájaro o la fuerza de un dragón con la boca abierta mientras crea un ambiente de misterio y conexión mística supranatural con movimientos descompensados, gestos de animal mitológico y una conexión profunda con el cosmos como si estuviera flotando en el aire. Esta gente es impredecible, el placer sexual y soltar el néctar como una regadera automática por aspersión queda en segundo plano. No se le ocurrirá al iluminado usar de masajeador un muñeco de Buda para la espalda o de plug anal, no.

¿Qué es un magufo espiritual sin velas en su ambiente genital íntimo? Si bien es cierto que hay quien disfruta de las velas derramando la cera recién derretida por el cuerpo, el ente espiritual prefiere usar las velas de diferentes tamaños, colores y aromas para llenar la habitación; una vela en cada esquina, en cada mesa o estante, e incluso colgada del techo si se le pone a huevo. Cirios por todas partes para invocar energías y seres imaginarios esquizoides en un ambiente místico, que más bien parezca un ritual sagrado de pirados de la secta de Osho en poblado de Oregón cuando se hacía llamar Bhagwan Shree Rajneesh.

Lo normal cuando estás follando por encima de las posibilidades elásticas de los agujeros, es tirar de lubricante, pero, ¿qué hay cuando el espiritualoide de turno se levanta y vuelve con una retahíla de frascos de Flores de Bach goteando esencias por toda la habitación? En lugar de encontrar la paz que el perturbado magufo garantiza con sus mejunjes extraños mientras te habla de eyacular hacia adentro, terminas enfrentándote a una mezcla de olores y sabores extraños, a una confusión total y a una seguridad extrema de que lo de intentar follar con un pirado con el pelo largo, los pantalones anchos y un collar de bolas de madera, nunca más.

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