@HEMATOCRITICO
Hematocrítico habla sobre la tribu de los cinéfilos que aseguran que se debería prohibir comer cualquier cosa en las salas de cine.
El otro día, cuando comenté en twitter un desagradable incidente que me pasó cuando un encargado llamó a seguridad para confiscar un paquete de palomitas de una niña durante una sesión de una película de dibujos animados a las seis de la tarde, entre un tsunami de gente que criticaba esa acción y me apoyaba, aparecieron algunos integrantes de la tribu de los cinéfilos que aseguran que se debería prohibir comer cualquier cosa en las salas de cine. Nada. Todo lo que no sea silencio absoluto fuera.
Imagina una sesión en julio a las seis de la tarde en una sala llena de niños viendo una peli de animación de krakens peleando con sirenas maléficas en completo silencio y sin nadie mancillando la película con un mordisco a una palomita o un trago de una botella de agua.
A esos cinéfilos les sugiero que empiecen una campaña exigiendo las siguientes medidas:
Detectores de ruido: Ni mordiscos ni tragos pero tampoco comentarios a tu acompañante, risas, estornudos o pedos. ¿Es una comedia? Te aguantas, te ríes fuera acordándote. ¿Te acaban de dar un susto en una peli de terror? A templar los nervios si quieres volver al cine. Es un templo. No molestes. Si alguien se ríe, a la calle.
Nada de niños: Hacen demasiado ruido. Intentas ver a las cinco de la tarde una peli de Spiderman y resulta que van un montón de niños y niños a verla que aplauden, comentan y mastican. NONONONO. Todas las películas para mayores de 18. También las de dibujos. Especialmente las de dibujos, que por alguna razón son las favoritas de esos pequeños boicoteadores del arte.
Reclinatorios: El silencio quizás no es lo suficientemente respetuoso. ¿Por qué no dar la posibilidad de ver películas de rodillas? Oppenheimer es el regreso al cine de Christopher Nolan… ¿acaso no merece eso hincar las rodillas para dar las gracias al señor por asistir a este espectáculo?
Fuera baños: Si en el cine hay baños, la gente va a querer levantarse para hacer pis si tienen ganas. Si no los hay, tendrán que aguantarse y no moverse de su butaca como está mandado y como querría John Ford.
Nada de películas: Es el paso definitivo. Imagina estar en el cine a oscuras, respetando, con nada de luz que interrumpa ni sonido ni imágenes en movimiento. Una paz absoluta y completa de cinefilia purísima. A esto tenéis que aspirar. O a la muerte, que es parecido y se ve que es lo que os mola.