POLEMICÓN
El exjefe y 'descubridor' de Ibai se mete en terreno pantanosísimo al juntarse con uno de los peores personajes que ha dado internet. La metedura de pata ya ha tenido consecuencias.
Ocelote y Andrew Tate es el crossover que nadie vino venir pero que a nadie le puede extrañar. El exjugador de League of Legends, streamer y fundador de G2 Esports está reconocido como uno de los mayores empresarios dentro de los deportes electrónicos. Donde nadie le quita el trono es en eso de ser un 'notas', aunque en su última salida de tiesto la cosa se ha desmadrado.
Admirador confeso de 'El Lobo de Wall Street', su contagiosa vitalidad y manera de hacer negocios le ha ganado una merecida fama de fiestero a lo Telmo Trenado, que él mismo cultiva con lujos ostentosos y declaraciones explosivas. Con buen olfato sacó a Ibai de la LVP para ponerle a hacer "lo que él quiera" bajo la marca G2, y no hay más que ver dónde está ahora mismo el vasco.
Donde estaba Ocelote el finde pasado es un tema más controvertido. En un vídeo que corrió como la pólvora por Twitter se le pudo ver de fiesta acompañado -entre otros- por Andrew Tate, un perfil del estilo Borja Escalona pero multimillonario. ¿Te imaginas cómo sería el de las empanadillas si estuviera podrido de dinero? Pues ese es el nivel.
"Nadie nunca me va a decir de quién puedo ser amigo y de quién no", escribía Carlos en Twitter tras conocerse la polémica. "Es la línea que nadie va a traspasar. Yo me voy de fiesta con quien me dé la puta gana", añadía, pero no mucho más tarde tenía que recular oficialmente.
"Hoy os hemos fallado", decía la cuenta de G2 Esports en la misma red social. "Las acciones de nuestro consejero delegado hablan un lenguaje opuesto a los valores y forma de vida por los que hemos luchado en esta organización. Y por ello nos disculpamos".
No solo eso: "El consejo directivo de G2 y el propio Carlos han acordado que se tome ocho semanas de baja sin sueldo" como consecuencia de sus celebraciones y palabras. La corrección de las mismas no tardó en llegar por parte del susodicho, que asegura "sentirse fatal por la discusión creada", además de arrepentirse por "leer mal la situación" y confesar que su vida "está llena de aprendizajes" de este estilo.
A Andrew Tate no le quedan redes sociales para expresar sus sentimientos, ya que ha sido expulsado de Twitter, TikTok, Facebook, Instagram, YouTube, Twitch y vete tú a saber qué más. Pero no creas que le va a ir mal en lo económico: se le calcula una fortuna superior a los 200 millones de dólares y es propietario de varios casinos en Rumanía. Pero, ¿sabes que no va a poder comprar en su vida? Una reputación.