El emotivo momento en que un niño paciente de cáncer se reúne con sus hermanos tras seis meses en el hospital
RENUNCIO A LA AUTOCENSURA
"El humor machista fomenta los asesinatos de mujeres". "Todos los hombres son violadores en potencia". "El sexo es peligroso, sobre todo si lo haces por dinero". Preparo el ofensómetro y renuncio a la autocensura. Hoy me atrevo a abrir esta boca, que prefiere ser la de una mala puta antes que la de una soberana imbécil, para señalar la vaporosa mierda que escucho justificar en el nombre del feminismo.
Digo mierda por resumir, porque allí y cuando empiezas a profundizar encuentras una mezcla entre neurosis, victimismo y pataleta infantil. Pero que no se apure el machito de a pie ni vitoree su manada: soy feminista. Siento un verdadero orgullo al defender lo que el feminismo supone para nuestra sociedad: igualdad entre mujeres y hombres, un sentido de la igualdad entendido desde la justicia e inseparable de la vindicación de los derechos humanos.
Quizá a muchas personas les pueda parecer raro que una feminista critique el feminismo. Sin embargo, yo no puedo dejar de ser crítica y exigente con aquel movimiento social que admiro. Me considero una disidente, es decir, me separo de la doctrina común y rechazo algunos puntos epistemológicos e ideológicos del feminismo mainstream.
El humor machista fomenta los asesinatos de mujeres
Surfeamos en la cuarta ola feminista y todavía, como mujeres adultas, parece que algunas aún no han aprendido a tener una actitud madura hacia el humor. Hay ámbitos más peligrosos para las mujeres que la ficción en la que se enmarca un chiste. Sí, los chistes sexistas son desagradables e incluso hay algunos que, revestidos en el humor negro, pueden provocar la arcada. Pero son eso, chistes. Los chistes no abusan, no acosan, no matan. Y algo similar ocurre con la sátira.
Es interesante reflexionar sobre el humor, pero también debemos ser cautas a la hora de prescribir supuestas conductas a quien hace ciertos chistes porque quizá no estemos valorando el contexto. Si quien emite el chiste lo hace para desactivar a través del humor las situaciones dramáticas y dolorosas que vivimos las mujeres, entonces, ¿de qué debería preocuparme?
Lo hace maravillosamente bien Jim Jefferies. Cuando bromeaba con las violaciones de Bill Cosby, la intención no lleva implícita provocar un daño, por mucho que a alguien esto pueda no hacerle gracia. Dejemos de hacer creer a las mujeres que deben sentirse indefensas y humilladas ante un chiste de mal gusto.
Todos los hombres son violadores en potencia
Hay un enfoque del feminismo mainstream que es sumamente peligroso: la continua criminalización del hombre, hasta el punto de tildarlo de violador potencial, como si tuviera el gen violador en el ADN. Es sumamente reduccionista considerar un supuesto impulso masculino de dominio como el desencadenante exclusivo de la violencia contra las mujeres.
En su libro Por Mal Camino, la feminista francesa Elizabeth Badinter señala que aquel discurso que pone el foco en “cambiar al hombre” y no en “luchar contra los abusos de ciertos hombres”, evidencia una utopía totalitaria.
Posiblemente, sean este tipo de generalizaciones las que espanten a un conjunto de hombres y mujeres que, pese al haber interiorizado los valores del feminismo y disfrutar de sus triunfos, todavía se niegan a considerarse feministas. Existe una grave crisis de percepción y parte de esa responsabilidad la encontramos en ese feminismo mainstream que toma la parte por el todo.
El sexo es peligroso, sobre todo si lo haces por dinero
La libertad sexual es un componente fundamental para la vida de las mujeres y sin embargo, el feminismo hegemónico desempeña una actitud de policía de la moral cuando nosotras experimentamos una sexualidad no normativa. Hace unas semanas, Beatriz Talegón le reprochaba a Amarna Miller que por el hecho de ser actriz porno fomentaba las violaciones.
Lo peor de esto no es lo inverosímil que suena sino que Talegón y su séquito están plenamente convencidas de semejante estupidez. Bajo esa misma lógica, ¿acaso no fomentará Narcos el consumo de drogas?
El sexo es un ámbito bastante complejo en el movimiento feminista, se analiza desde el peligro y también desde el placer. La educación tiene un papel primordial para entender estos dos ámbitos que cruzan la vida sexual de las mujeres.
Exijamos educación sexual para que nuestros jóvenes puedan conocer sus cuerpos y su sexualidad sin estereotipos de género. Pero no hostiguemos y llenemos de culpa a las mujeres adultas por ganarse la vida en la industria pornográfica, por masturbarse con sus contenidos o por leer al Marqués de Sade.