Liada tras liada... Así son las meteduras de pata de ¡Martita! en su aventura por Barcelona
DEJA DE ODIARLAS Y PONTE ALGUNA
Si te decimos que le des una oportunidad a las películas de Semana Santa, es probable que te rías a carcajadas. Pero lo estamos haciendo. Por dos razones muy lógicas. En primer lugar, porque hay grandes directores detrás de algunos de estos clásicos. Después, porque son las películas preferidas de tu padre. Solo por ese motivo, ya valen la pena.
Uno de los recuerdos más flipantes que tengo de mi infancia es 'Cuando ruge la marabunta'. Vale, es más que probable que no conozcas esta película, porque es muy antigua (de 1954), y no especialmente aclamada por el canon crítico, pero a mí me flipaba.
En ella, Charlton Heston da vida al dueño de una plantación en Sudamérica que se casa por correspondencia con una mujer a quien apenas conoce (a quien da vida la actriz Eleanor Parker), y cuando comienzan por fin a entenderse, una plaga de hormigas asola su propiedad.
Si me pusiera a ver Cuando ruge la marabunta hoy, lo raro sería que no quisiera arrancarme los ojos. Primero, porque los efectos especiales eran letales. Después, por el racismo y el machismo que desprendía el héroe de Heston, que en una escena obliga al de Parker a ponerse la colonia que él le ha regalado.
Pero la nostalgia funciona de esta perversa manera. Asociamos películas, series, novelas, a una etapa muy determinada de nuestras vidas, a las sensaciones que experimentamos en aquel momento, y las malas críticas no deberían empañar esos recuerdos.
Para mí, 'Cuando ruge la marabunta' son los sábados o domingos a la hora de comer, ya fueran de verano o invierno, el pollo asado y las patatas fritas, el momento semanal de comunión con mi padre.
Él, que tiene 42 años más que yo, se sabía todos los títulos imaginables y los nombres de todos los actores (pronunciados a su manera, claro), y casi tres décadas después de aquellas tardes a lo Cine de barrio, sigue teniendo una memoria infalible para el cine. El fútbol, clave en toda mitología paternofilial, jamás nos unió, pero sí películas malísimas como 'Cuando ruge la marabunta'.
Rey de Reyes, Ben-Hur, Los diez mandamientos…
¿A qué viene todo esto?, pensarás. A que tanto me flipa Cuando ruge la marabunta como los clásicos viejunos de la Semana Santa. Durante estos días España se encuentra en plena fiesta religiosa, y tal vez tus padres, como el mío, se estén frotando las manos con la programación de estas fechas, buscando en esas cadenas de la TDT que (casi) nadie ve títulos como 'Rey de reyes', 'Ben-Hur' o 'Los diez mandamientos', estas dos últimas protagonizadas, cómo no, por el icónico Charlton Heston.
Es probable que tanto la Semana Santa como las películas asociadas a ella (estamos seguros de que las torrijas no) te provoque urticaria, y no te culpamos por ello. Se trata de producciones evangelizantes y ejemplificantes con episodios míticos de la Biblia o hagiografías de personas que hicieron mucho bien pero que igual estaban más pa'llá que pa'cá.
Pero, ¿sabías, por ejemplo, que la legendaria 'Espartaco', de Kirk Douglas, la dirigió el reputado Stanley Kubrick antes de los hitos '2001: Una odisea del espacio' o 'El resplandor'? ¿Que 'Ben-Hur' consiguió una recaudación histórica en taquilla para haberse estrenado en 1959 (además de tener una de las relaciones homoeróticas más famosas del cine)?
Al igual que 'La Pasión de Cristo' de 2004 la dirigió un católico fundamentalista como Mel Gibson y es una experiencia impactante y única, tanto para religiosos como para los que no lo son, hay otros títulos de este género (¿podemos llamarlo así?) que guardan interesantes valores cinematográficas. Cuentan con directores como Nicholas Ray ('Rey de reyes', 'Rebelde sin causa'), William Wyler ('Ben-Hur', 'Vacaciones en Roma', 'Jezabel') o Cecil B. DeMille ('Los diez mandamientos, Cleopatra').
Clásicos del cine para ver en familia
Un amigo mío me decía que se alegraba de haber estudiado Religión en el colegio porque hoy gracias a ello puede entender mucho de arte, de pintura, de escultura, y lo cierto es que tiene mucho sentido. Si no nos sentimos mal por admirar obras como La Piedad de Miguel Ángel o La última cena de Leonardo Da Vinci, ¿por qué tratamos con condescendencia las películas de Semana Santa (sobre todo las buenas películas de Semana Santa)?
Lo que sí necesitamos es el criterio para diferenciar sus grandes momentos cinematográficos de aquellos en que nos estén intentado colar una milonga bíblica. Si te animas, ya sabes. Según mi padre, hay tres que no puedes perderte: 'Rey de Reyes', 'Ben-Hur' y 'Los diez mandamientos'. Si te saben a poco, 'La túnica sagrada'. Si tienes estómago, 'La Pasión de Cristo'. Y cierra con 'Marcelino, pan y vino'.
Pero, sobre todo, aprovecha los clásicos de Semana Santa para rememorar esos momentos de comunión familiar, con tus padres o tus abuelos. En la primera temporada de la serie 'Mira lo que has hecho', el personaje de Berto Romero toma entre sus manos la mano de su padre, que estás ingresado en el hospital, y pone en la televisión una película de Clint Eastwood para verla juntos.
Con esto no queremos animarte a que te abandones a la nostalgia, todo lo contrario, sino a que aprendas a apreciar todo lo emocional que estas cintas (algunas malísimas, que sí, lo sabemos, nos pueden aportar). ¿A que no quemaste tu VHS de 'La bella durmiente' cuando te diste cuenta de que es una historia supertóxica? Con esto pasa igual. Además, es probable que de paso aprendas algo de buen cine. Buen cine del que te ha descubierto tu padre, claro.