@DIOSTUITERO
Diostuitero escribe sobre la historia de Perséfone, una de las diosas más sorprendentes de la mitología griega.
Hades y Perséfone constituyeron uno de los matrimonios más estables y felices dentro del Panteón griego, con relativamente pocas infidelidades por parte de ambos (Mente y Leuce por parte de Hades y Adonis por parte de Perséfone). Muchas parejas de Hollywood no pueden decir lo mismo.
Además, Perséfone gobernaba el inframundo en pie de igualdad con Hades, a diferencia del rol de consortes que Hera y Anfitrite tenían como esposas de Zeus y Poseidón.
En la Odisea de Homero, cuando Odiseo viaja al inframundo, alude a Perséfone como «Reina de Hierro». Después de ella vino Margaret Thatcher, "la dama de hierro".
Perséfone, como reina del inframundo, sólo mostró clemencia una vez. Debido a que la música de Orfeo era tan arrebatadoramente triste, permitió que éste se llevase a su esposa, Eurídice, de vuelta al mundo de los vivos con la condición de que ella caminase tras él y él nunca intentase mirarla a la cara hasta que estuviesen en la superficie. Orfeo accedió pero falló, al mirar atrás, casi al final del recorrido, para asegurarse de que su esposa le seguía, y así perdió a Eurídice para siempre.
Perséfone ( Proserpina para los romanos) y Hades se conocieron porque él la raptó, pero acabaron enamorándose y, aunque ella subía unos meses a la superficie, siempre regresaba con su amado secuestrador. Este síndrome de Estocolmo con tantas idas y venidas dio lugar a las estaciones del año, ya que cuando Perséfone regresaba a casa de su madre Démeter ( diosa de la agricultura), ésta permitía que germinasen los frutos y floreciese la primavera.
Así que ya sabéis: antes de que la Iglesia nos contase aquello del demonio con pezuñas y rabo y solterón, ya había un matrimonio regentando el infierno a pachas.